MARIANA POTOSI
Miembro Conocido
PENA DE AMOR
Tengo el corazón cargado
de amor y ternura,
pero mis manos vacías están,...
sienten el desprecio, migajas de amor,
esas migajas que un día me hicieron sentir
que estaba viva, que era una mujer,
dispuesta a dar lo mejor de sí.
Las estaciones del año hoy confundidas
recorren mi cuerpo,
en el frío y duro invierno sentía calor,
el calor de un cuerpo que pasa al olvido.
La primavera hoy enluta sus colores,
sus aromas,
el cielo nuevamente se torna gris
y la tiniebla me impide ver su rostro.
Tal vez sea el verano que abra sus alas
y me cobije con el mismo amor que
en otoño me embriagó de placer.
Amargos, fríos, desesperados
son mi sueños,
cuando en la noche quieta me faltan
sus besos y sus caricias.
Solo pienso que ansioso estaba
en la espera de una entrega total,
esa entrega que conozco
y lloro al trocarse en ausencia.
Explicable o no, ya no está,
se esfumó como el viento,
en un suspiro, en un abrir y cerrar
de ojos desapareció.
Como una abeja zumbando en
vuelos de olvidos a otra flor,
fue su enamoramiento,
dejándome así asombrada,
en una angustia que ahueca
el sabor de lo vivido,
para dar cabida a una pena de amor.
Autoría: Ana María Zacarías. (Argentina) Seudónimo: Mariana Potosí.
16/11/2014 Derechos de Autor Reservados.©
Tengo el corazón cargado
de amor y ternura,
pero mis manos vacías están,...
sienten el desprecio, migajas de amor,
esas migajas que un día me hicieron sentir
que estaba viva, que era una mujer,
dispuesta a dar lo mejor de sí.
Las estaciones del año hoy confundidas
recorren mi cuerpo,
en el frío y duro invierno sentía calor,
el calor de un cuerpo que pasa al olvido.
La primavera hoy enluta sus colores,
sus aromas,
el cielo nuevamente se torna gris
y la tiniebla me impide ver su rostro.
Tal vez sea el verano que abra sus alas
y me cobije con el mismo amor que
en otoño me embriagó de placer.
Amargos, fríos, desesperados
son mi sueños,
cuando en la noche quieta me faltan
sus besos y sus caricias.
Solo pienso que ansioso estaba
en la espera de una entrega total,
esa entrega que conozco
y lloro al trocarse en ausencia.
Explicable o no, ya no está,
se esfumó como el viento,
en un suspiro, en un abrir y cerrar
de ojos desapareció.
Como una abeja zumbando en
vuelos de olvidos a otra flor,
fue su enamoramiento,
dejándome así asombrada,
en una angustia que ahueca
el sabor de lo vivido,
para dar cabida a una pena de amor.
Autoría: Ana María Zacarías. (Argentina) Seudónimo: Mariana Potosí.
16/11/2014 Derechos de Autor Reservados.©