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Perdiendo la Fe



Perdiendo la fe

Hay instantes que dejo de creer en mí, que pierdo la fe en mí misma, cuando los días los encuentro inundados de polvos de tropiezos, de pasos inciertos y abatimientos que se articulan en lo extenso del día, que parece interminable y agudiza su ingravidez.

Por momentos quisiera apretar los ojos y volverme ciega para quedarme quieta y no pronunciar palabra, escuchar sólo el eco del alma con esa voz apacible que calla los gritos que me aturden, que silencia los pasos de los recuerdos, que detiene el paso del tiempo y me regala tranquilidad, que equilibra mis pensamientos y me da consuelo.

Vienen soplos de tiempo en los que pierdo la fe y me aturde el silencio, se convierte en el lenguaje sutil que se inocula en los pensamientos y sondea la fragilidad del alma, vienen otros que se vuelven invencibles y edifican muros en el desierto.

Lo cierto es... Que he de terminar los días con las convicciones esparcidas en mis dedos y la fe circulando en cada uno de mis pasos.

D.R.A. 270514 (EBA ROMA)
Serie “siluetas”… No. 28



 
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Perdiendo la fe

Hay instantes que dejo de creer en mí, que pierdo la fe en mí misma, cuando los días los encuentro inundados de polvos de tropiezos, de pasos inciertos y abatimientos que se articulan en lo extenso del día, que parece interminable y agudiza su ingravidez.

Por momentos quisiera apretar los ojos y volverme ciega para quedarme quieta y no pronunciar palabra, escuchar solo el eco del alma con esa voz apacible que calla los gritos que me aturden, que silencia los pasos de los recuerdos, que detiene el paso del tiempo y me regala tranquilidad, que equilibra mis pensamientos y me da consuelo.

Vienen soplos de tiempo en los que pierdo la fe y me aturde el silencio, se convierte en el lenguaje sutil que se inocula en los pensamientos y sondea la fragilidad del alma, vienen otros que se vuelven invencibles y edifican muros en el desierto.

Lo cierto es... Que he de terminar los días con las convicciones esparcidas en mis dedos y la fe circulando en cada uno de mis pasos.

D.R.A. 27052014 (EBA ROMA)
Serie “siluetas”… No. 28

EBITA

¡Cómo permites que escuche
el maravilloso
eco de la voz de tu alma!

Abrazos y besos quiteños,

Guillermo.

 
Creo que mas de uno se sentirá identificado. Hay momentos así todo es negro, todo esta mal, nada funciona.
Interesante prosa Charo, un gusto pasar a leer
Besos

Cierto mi bella Marcela seguramente la mayoría tenemos días o instantes donde perdemos la fe... pero existe el siguiente donde surja la luz que ilumina el camino... Gracias mi linda amiga por siempre estar...

Un enorme beso con todo mi cariño

Charo

Un
 


Perdiendo la fe

Hay instantes que dejo de creer en mí, que pierdo la fe en mí misma, cuando los días los encuentro inundados de polvos de tropiezos, de pasos inciertos y abatimientos que se articulan en lo extenso del día, que parece interminable y agudiza su ingravidez.

Por momentos quisiera apretar los ojos y volverme ciega para quedarme quieta y no pronunciar palabra, escuchar sólo el eco del alma con esa voz apacible que calla los gritos que me aturden, que silencia los pasos de los recuerdos, que detiene el paso del tiempo y me regala tranquilidad, que equilibra mis pensamientos y me da consuelo.

Vienen soplos de tiempo en los que pierdo la fe y me aturde el silencio, se convierte en el lenguaje sutil que se inocula en los pensamientos y sondea la fragilidad del alma, vienen otros que se vuelven invencibles y edifican muros en el desierto.

Lo cierto es... Que he de terminar los días con las convicciones esparcidas en mis dedos y la fe circulando en cada uno de mis pasos.

D.R.A. 270514 (EBA ROMA)
Serie “siluetas”… No. 28




Hola Charo...
Qué es eso de perder la fe?
Eso no está escrito en nuestro idioma. La vida está llena de momentos, y esos momentos son los que realmente forjan nuestra personalidad, y nos hacen vivir de una u otra manera, pero siempre bajo la percepción de que lo que hagamos es lo mejor que podemos hacer.
Y si lo deseas (claro que a mí también me apetece) cierra esos ojos y escucha la voz que calla el eco de tu malestar, que silencia tus recuerdos te consuela... Piensa que, seguro, esa voz que silencia tus recuerdos los transforma en nuevas vivencias y harán sonreir a tu felicidad, porque de eso se trata, de vivir feliz.
No pierdas la fe, seguro hay voces por el mundo que te consuelan, te ayudan y te dan tranquilidad a la hora de recorrer esos pasos que tanto miedo, a veces, nos cuesta dar.
Me encató este pensamiento, aunque no me gustase que lo pienses así.
Bess y fuerte abrazo.
 


Perdiendo la fe

Hay instantes que dejo de creer en mí, que pierdo la fe en mí misma, cuando los días los encuentro inundados de polvos de tropiezos, de pasos inciertos y abatimientos que se articulan en lo extenso del día, que parece interminable y agudiza su ingravidez.

Por momentos quisiera apretar los ojos y volverme ciega para quedarme quieta y no pronunciar palabra, escuchar sólo el eco del alma con esa voz apacible que calla los gritos que me aturden, que silencia los pasos de los recuerdos, que detiene el paso del tiempo y me regala tranquilidad, que equilibra mis pensamientos y me da consuelo.

Vienen soplos de tiempo en los que pierdo la fe y me aturde el silencio, se convierte en el lenguaje sutil que se inocula en los pensamientos y sondea la fragilidad del alma, vienen otros que se vuelven invencibles y edifican muros en el desierto.

Lo cierto es... Que he de terminar los días con las convicciones esparcidas en mis dedos y la fe circulando en cada uno de mis pasos.

D.R.A. 270514 (EBA ROMA)
Serie “siluetas”… No. 28





Bella reflexión
hay días que también me pasa,
que mi sentir se iguala al tuyo,
maravillosos versos como siempre,
un gran beso.
 
Hola Charo...
Qué es eso de perder la fe?
Eso no está escrito en nuestro idioma. La vida está llena de momentos, y esos momentos son los que realmente forjan nuestra personalidad, y nos hacen vivir de una u otra manera, pero siempre bajo la percepción de que lo que hagamos es lo mejor que podemos hacer.
Y si lo deseas (claro que a mí también me apetece) cierra esos ojos y escucha la voz que calla el eco de tu malestar, que silencia tus recuerdos te consuela... Piensa que, seguro, esa voz que silencia tus recuerdos los transforma en nuevas vivencias y harán sonreir a tu felicidad, porque de eso se trata, de vivir feliz.
No pierdas la fe, seguro hay voces por el mundo que te consuelan, te ayudan y te dan tranquilidad a la hora de recorrer esos pasos que tanto miedo, a veces, nos cuesta dar.
Me encató este pensamiento, aunque no me gustase que lo pienses así.
Bess y fuerte abrazo.

Mi querido Elias

Gracias por cada una de tus palabras las aprecio en verdad y bueno finalmente soy una mujer imperfecta con virtudes y defectos aunque éstos últimos son más ...jejeje, con temores como creo todos tenemos y que en algunos instantes se puede sentir que nada se puede hacer, lo importante que son fugaces y que en el siguiente me levanto tan fuerte como siempre, gracias mi querido amigo por tu infinita presencia en mis letras

Un enorme beso con todo mi cariño

Charo
 
Ahhhh vamos Charito, siempre habrá piedras y tormentas
para luego la vida darnos flores, soles y dulces aromas.
Hermoso escrito un poco de bajón pero hermoso.
Abrazos con cariños para ti
 
La vida siempre te traerá tormentas pero también hermosos años soleados, así que solo mira adelante que del pasado queden solo recuerdos de lo bello. felicitaciones Charo por estas melancólicas y bellisimas letras, aplausos y saludos amiga poeta


 

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