Neia
Miembro
Descosida en los barrizales del atardecer busco una estrella que ayude a mi ser, dispuesta a iluminar todas mis ruinas. Me pierdo en el tiempo, no sé dónde estoy. Registro la estructura del paisaje alienado que contemplo por la ventana. Estoy lejos de los gritos del gentío… me hallo cerca de los trazos de tinta, huyendo para dejar de auto-torturarme con mis propios pensamientos.
Si de verdad somos títeres atados con lenguas dime por qué está en mano levantarme y seguir.
Peleando con los altares que nunca quise adorar… me arrodillo ante el árbol que está condenado a observar.
Pienso. Siento. Lucho. Desespero.
Hilo de metal tropezando entre carreteras. Abrazo traicionero de un aire en el que el oxígeno se vuelve filo, atravesándome con todas sus nubes de negro carbón.
¿Dónde? ¿En qué momento derramó su primera lágrima? Tierra…
Lamento el destrozo en tu piel. Temo el “progreso” del que presumen.
Cosedme el corazón a la razón, porque no logro entender.
Me disculpo, sin dudar.
Pido perdón por los amaneceres que ignoré, por los atardeceres que no vi, por las brisas que no escribí y por las lunas que no compartí.
Piedras en medio del pasado… Si están en ayer, ¿por qué sigo tambaleando en ellas? Quizás son presente y estoy mirando a la dirección incorrecta. He tornado el sentir y se vuelve sendero… sendero hacia el vacío, hacia la calle.
Golpe constante.
Siervo de tu propio humo… inhala las caricias que te ofrece el mar al bostezar.
Si de verdad somos títeres atados con lenguas dime por qué está en mano levantarme y seguir.
Peleando con los altares que nunca quise adorar… me arrodillo ante el árbol que está condenado a observar.
Pienso. Siento. Lucho. Desespero.
Hilo de metal tropezando entre carreteras. Abrazo traicionero de un aire en el que el oxígeno se vuelve filo, atravesándome con todas sus nubes de negro carbón.
¿Dónde? ¿En qué momento derramó su primera lágrima? Tierra…
Lamento el destrozo en tu piel. Temo el “progreso” del que presumen.
Cosedme el corazón a la razón, porque no logro entender.
Me disculpo, sin dudar.
Pido perdón por los amaneceres que ignoré, por los atardeceres que no vi, por las brisas que no escribí y por las lunas que no compartí.
Piedras en medio del pasado… Si están en ayer, ¿por qué sigo tambaleando en ellas? Quizás son presente y estoy mirando a la dirección incorrecta. He tornado el sentir y se vuelve sendero… sendero hacia el vacío, hacia la calle.
Golpe constante.
Siervo de tu propio humo… inhala las caricias que te ofrece el mar al bostezar.