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Poema 33
Romance a los besos
Siempre voy buscando besos,
feliz acción por un rato;
tal vez quieras persuadirme,
tal vez haré lo contrario:
pues al unirse las bocas
dicen que llegan los gozos;
si me miras tan dichoso,
será que la estoy besando.
Nótese el entendimiento
muchas veces confundido,
tan excitado se queda
por los besos lo da todo.
Todo el mundo es de opiniones
Por semejantes regalos,
Para algunos son traiciones,
Para otros grandes tesoros.
A unos sirve de atractivo
lo que al celoso es enfado;
lo que para tantos risas,
en otros se vuelve llanto.
son sustento de ternura
de palabras un amparo,
por sentir sus bendiciones,
se despeña el subterfugio.
En todo se encuentra excusa,
si buscas robarte besos,
por amistad sin censura
o una caricia de novios.
Para las madres baluartes
de un hijo su buen afecto,
con los hermanos recuerdos,
agradecimientos vivos.
Si a las mujeres les diera
dos flores en cada beso,
seguramente tendrían
un vergel grande y tranquilo.
Caballerosos señores
van conquistando en silencio,
se anidan en corazones
anhelantes del te quiero.
Cantan letrillas calladas
dejan romances volando
esos tiernos huracanes
que besos los han nombrado.
Autor : José Martinez Alderete
Romance a los besos
Siempre voy buscando besos,
feliz acción por un rato;
tal vez quieras persuadirme,
tal vez haré lo contrario:
pues al unirse las bocas
dicen que llegan los gozos;
si me miras tan dichoso,
será que la estoy besando.
Nótese el entendimiento
muchas veces confundido,
tan excitado se queda
por los besos lo da todo.
Todo el mundo es de opiniones
Por semejantes regalos,
Para algunos son traiciones,
Para otros grandes tesoros.
A unos sirve de atractivo
lo que al celoso es enfado;
lo que para tantos risas,
en otros se vuelve llanto.
son sustento de ternura
de palabras un amparo,
por sentir sus bendiciones,
se despeña el subterfugio.
En todo se encuentra excusa,
si buscas robarte besos,
por amistad sin censura
o una caricia de novios.
Para las madres baluartes
de un hijo su buen afecto,
con los hermanos recuerdos,
agradecimientos vivos.
Si a las mujeres les diera
dos flores en cada beso,
seguramente tendrían
un vergel grande y tranquilo.
Caballerosos señores
van conquistando en silencio,
se anidan en corazones
anhelantes del te quiero.
Cantan letrillas calladas
dejan romances volando
esos tiernos huracanes
que besos los han nombrado.
Autor : José Martinez Alderete