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Poema 5
El futuro
Detenida en el paisaje
polinizando el vergel
una abejita de miel
zumbaba con su lenguaje.
Vestida con bello traje
amarillo amarronado,
sus alas como brocado
sus antenas de sensor,
para libar de la flor
ese néctar tan deseado.
Un pensamiento azulado
le decía a la abejita:
"Este ciclo que gravita
está siendo atropellado."
"Nuestro ser ha mutilado
el humano delirante,
con su veneno flotante
por el aire del progreso,
es un viaje sin regreso
pero sigue tan campante."
Asintiendo hacia el hablante
el insecto respondía:
"El hombre con su porfía
es una llama flagrante".
"Nuestra madre tan amante,
está con irritación
quiere darle una lección
para ver si asimila
y la conciencia perfila
más allá de la ambición."
Un anciano muy temblón
que con su nieta pasaba
y que en su entraña guardaba
bellos años de ilusión.
Oyó con el corazón
el raro diálogo amigo
y sonriéndose consigo
dijo a la niña querida:
"El futuro de la vida
está en las manos que abrigo"
El futuro
Detenida en el paisaje
polinizando el vergel
una abejita de miel
zumbaba con su lenguaje.
Vestida con bello traje
amarillo amarronado,
sus alas como brocado
sus antenas de sensor,
para libar de la flor
ese néctar tan deseado.
Un pensamiento azulado
le decía a la abejita:
"Este ciclo que gravita
está siendo atropellado."
"Nuestro ser ha mutilado
el humano delirante,
con su veneno flotante
por el aire del progreso,
es un viaje sin regreso
pero sigue tan campante."
Asintiendo hacia el hablante
el insecto respondía:
"El hombre con su porfía
es una llama flagrante".
"Nuestra madre tan amante,
está con irritación
quiere darle una lección
para ver si asimila
y la conciencia perfila
más allá de la ambición."
Un anciano muy temblón
que con su nieta pasaba
y que en su entraña guardaba
bellos años de ilusión.
Oyó con el corazón
el raro diálogo amigo
y sonriéndose consigo
dijo a la niña querida:
"El futuro de la vida
está en las manos que abrigo"
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