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Poema 8
Una visión de amor
Subí aquella montaña,
con un sueño;
llegar hasta la cumbre,
de tu esencia;
mire hacia tu valle
y fui un isleño;
ante la hermosura,
de tu presencia.
Tus bosques y ríos,
fueron mi calma;
tus entramados caminos,
mi distancia;
tu sol de copos de nieve,
toda mi alma;
tus aves y flores,
la fragancia.
El rubor de tus mejillas,
fue mi aliento;
la suavidad en las caricias,
el aliciente;
los latidos de tu corazón,
el advenimiento;
el candor de tu piel,
lo latente.
Tú calor de agua helada,
mi afluente;
la perfección del paisaje,
el naufragio;
la penumbra de tus montes,
mi vertiente;
el canto de tu brisa,
un dulce adagio.
¡Y fuimos todo en uno!
Pájaros, cielo, amor y firmamento…
calma, tempestad, repechos y bajadas…
sueños, desvelo, cumbres, mares y suelo...
prisión, música y libertad.
Una visión de amor
Subí aquella montaña,
con un sueño;
llegar hasta la cumbre,
de tu esencia;
mire hacia tu valle
y fui un isleño;
ante la hermosura,
de tu presencia.
Tus bosques y ríos,
fueron mi calma;
tus entramados caminos,
mi distancia;
tu sol de copos de nieve,
toda mi alma;
tus aves y flores,
la fragancia.
El rubor de tus mejillas,
fue mi aliento;
la suavidad en las caricias,
el aliciente;
los latidos de tu corazón,
el advenimiento;
el candor de tu piel,
lo latente.
Tú calor de agua helada,
mi afluente;
la perfección del paisaje,
el naufragio;
la penumbra de tus montes,
mi vertiente;
el canto de tu brisa,
un dulce adagio.
¡Y fuimos todo en uno!
Pájaros, cielo, amor y firmamento…
calma, tempestad, repechos y bajadas…
sueños, desvelo, cumbres, mares y suelo...
prisión, música y libertad.