Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Por tu camino va mi carta
Te imagino andando tu camino, cruzando algún carro de reparto en tu auto, con la música bien alta, con las ventanillas abiertas, se que vas amargado y triste, tan desencantado como náufrago,ya no tienes mi ternura y sé que te erí, que destruí los puentes que habías contruído, para llegar hasta mi.Yo no sé de donde saqué fuerzas, para empuñar mi silencio,mi desesperada soledad, tu habias venido a curar con tus brazos,o simplemente a comprobar si era cierta. Ahora vas solo donde planchan tus camisas y delantales de tus hijos.Por el camino que te lleva, a tus recuerdos transparentes y frágiles,que no podías seguir llevando, quizás por miedo a romperlos .Recuerdos que pensarás de vez en cuando, si alguién me nombra,o cada vez que veas a una mujer que se me parezca, cada vez que enciendas un cigarro, haciando un alto en tu trabajo. Mientras el iris del sol se va apagando, como se apagaron mis ojos cuando te fuístes, a veces me da pena haberte dicho que no,pero para que segir sufriendo ausencias largas, intercambiando algunas cartas, y las lágrimas que tragó mi almohada algunas noche.Fue a destiempo mi grito del no, de mi conciencia y a destiempo tu repuesta, mis lágrimas limpiadas a manotazos, mientras oía el tañir de campanas.
Hoy la distancia te lleva mansamente a tu lugar de origen.
Mi fatiga fue quererte a deshora, teniendo que luchar, haciendo del olvido una materia.
Podría tomar el teléfono y alcanzarte, con la flecha caliente de mis palabras amorosas
y hacerte girar el volante, traerte de nuevo a mi canción, a jugar a las escondidas
nuevamente, por los parque sombreados, por las calles apartadas, agachando la cabeza
para que nadie te reconociera, pero hoy antepongo mi dignidad, aunque no podrás enseñarme los edificios que se ven, mientras manejas a tu destino definitivo, allí donde debes estar y mientras tanto piensa que todo fue un sueño, ahora vas por el camino correcto.
Seguro que me imaginas pensándote, no sé si acaso tenés rabia, o un dulce recuerdo,
que quedará en el libro de tu vida, del suicidio de una lágrima, nace esta carta que de
seguro quedará arrugada, en el ceto de los papeles, mientras tú sigues manejando,
hacia donde debes estar, porque yo y mi corazón, nos obligamos a decirte que no te queremos.
Te imagino andando tu camino, cruzando algún carro de reparto en tu auto, con la música bien alta, con las ventanillas abiertas, se que vas amargado y triste, tan desencantado como náufrago,ya no tienes mi ternura y sé que te erí, que destruí los puentes que habías contruído, para llegar hasta mi.Yo no sé de donde saqué fuerzas, para empuñar mi silencio,mi desesperada soledad, tu habias venido a curar con tus brazos,o simplemente a comprobar si era cierta. Ahora vas solo donde planchan tus camisas y delantales de tus hijos.Por el camino que te lleva, a tus recuerdos transparentes y frágiles,que no podías seguir llevando, quizás por miedo a romperlos .Recuerdos que pensarás de vez en cuando, si alguién me nombra,o cada vez que veas a una mujer que se me parezca, cada vez que enciendas un cigarro, haciando un alto en tu trabajo. Mientras el iris del sol se va apagando, como se apagaron mis ojos cuando te fuístes, a veces me da pena haberte dicho que no,pero para que segir sufriendo ausencias largas, intercambiando algunas cartas, y las lágrimas que tragó mi almohada algunas noche.Fue a destiempo mi grito del no, de mi conciencia y a destiempo tu repuesta, mis lágrimas limpiadas a manotazos, mientras oía el tañir de campanas.
Hoy la distancia te lleva mansamente a tu lugar de origen.
Mi fatiga fue quererte a deshora, teniendo que luchar, haciendo del olvido una materia.
Podría tomar el teléfono y alcanzarte, con la flecha caliente de mis palabras amorosas
y hacerte girar el volante, traerte de nuevo a mi canción, a jugar a las escondidas
nuevamente, por los parque sombreados, por las calles apartadas, agachando la cabeza
para que nadie te reconociera, pero hoy antepongo mi dignidad, aunque no podrás enseñarme los edificios que se ven, mientras manejas a tu destino definitivo, allí donde debes estar y mientras tanto piensa que todo fue un sueño, ahora vas por el camino correcto.
Seguro que me imaginas pensándote, no sé si acaso tenés rabia, o un dulce recuerdo,
que quedará en el libro de tu vida, del suicidio de una lágrima, nace esta carta que de
seguro quedará arrugada, en el ceto de los papeles, mientras tú sigues manejando,
hacia donde debes estar, porque yo y mi corazón, nos obligamos a decirte que no te queremos.
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