Edith Elvira Colqui Rojas
Miembro Conocido
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QUE LA PAZ
Que la paz no sea una paloma sentada en su banco de titanio,
que eleve su vuelo por todo el universo interplanetario,
que sus alas nunca deje de batir
a pesar de las voces desgastadas incrédulas,
y la tormenta de la negatividad y desesperanza.
Que su voz no se petrifique en congresos y discursos estériles,
Que alce vuelo certero y anide en los hombres en latidos de urgencia.
Que la paz sea accesible;
que la podamos tener entre nuestros dedos.
Que la paz no sea un guiño
o un pestañear,
que sea tierra fecunda posible
para la ansiada hermandad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
Que la paz no sea una paloma sentada en su banco de titanio,
que eleve su vuelo por todo el universo interplanetario,
que sus alas nunca deje de batir
a pesar de las voces desgastadas incrédulas,
y la tormenta de la negatividad y desesperanza.
Que su voz no se petrifique en congresos y discursos estériles,
Que alce vuelo certero y anide en los hombres en latidos de urgencia.
Que la paz sea accesible;
que la podamos tener entre nuestros dedos.
Que la paz no sea un guiño
o un pestañear,
que sea tierra fecunda posible
para la ansiada hermandad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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QUE LA PAZ
Que la paz no sea una paloma sentada en su banco de titanio,
que eleve su vuelo por todo el universo interplanetario,
que sus alas nunca deje de batir
a pesar de las voces desgastadas incrédulas,
y la tormenta de la negatividad y desesperanza.
Que su voz no se petrifique en congresos y discursos estériles,
Que alce vuelo certero y anide en los hombres en latidos de urgencia.
Que la paz sea accesible;
que la podamos tener entre nuestros dedos.
Que la paz no sea un guiño
o un pestañear,
que sea tierra fecunda posible
para la ansiada hermandad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
Que la paz no sea una paloma sentada en su banco de titanio,
que eleve su vuelo por todo el universo interplanetario,
que sus alas nunca deje de batir
a pesar de las voces desgastadas incrédulas,
y la tormenta de la negatividad y desesperanza.
Que su voz no se petrifique en congresos y discursos estériles,
Que alce vuelo certero y anide en los hombres en latidos de urgencia.
Que la paz sea accesible;
que la podamos tener entre nuestros dedos.
Que la paz no sea un guiño
o un pestañear,
que sea tierra fecunda posible
para la ansiada hermandad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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