Jorge Toro
Miembro Conocido
Rompimos con los modelos
que dictan las tradiciones
y contra todos patrones
saciamos nuestros anhelos.
Algunos llenos de celos
- hipócritas envidiosos-
nos fiscalizan furiosos
por esa abierta impudicia
que nos legó la delicia
de ser amantes, no esposos.
Que somos dos pecadores
pregonan llenos de saña
y con grotesca cizaña
vocean agrios rencores.
Ostentan falsos pudores
que ocultan su insuficiencia
de darse rasa licencia
y responder al llamado
de quien se sueñan al lado
y eluden por "conveniencia".
Que nadie más intervenga
con embusteras decencias
y dejen nuestras conciencias
obrar tal cual nos avenga.
No habrá poder que detenga
lo que en nosotros existe
porque a los dos nos asiste
un colosal sentimiento
que no se inmuta si el viento
azota fuerte y embiste.
Que se vayan al carajo
tantos tontos impostores
que difunden los rumores
envidiando por debajo.
Es mejor buscar abajo
de su cándido recato
el furor que ya hace rato
se murió entre sus entrañas
por las miles telarañas
de su espíritu pacato.
que dictan las tradiciones
y contra todos patrones
saciamos nuestros anhelos.
Algunos llenos de celos
- hipócritas envidiosos-
nos fiscalizan furiosos
por esa abierta impudicia
que nos legó la delicia
de ser amantes, no esposos.
Que somos dos pecadores
pregonan llenos de saña
y con grotesca cizaña
vocean agrios rencores.
Ostentan falsos pudores
que ocultan su insuficiencia
de darse rasa licencia
y responder al llamado
de quien se sueñan al lado
y eluden por "conveniencia".
Que nadie más intervenga
con embusteras decencias
y dejen nuestras conciencias
obrar tal cual nos avenga.
No habrá poder que detenga
lo que en nosotros existe
porque a los dos nos asiste
un colosal sentimiento
que no se inmuta si el viento
azota fuerte y embiste.
Que se vayan al carajo
tantos tontos impostores
que difunden los rumores
envidiando por debajo.
Es mejor buscar abajo
de su cándido recato
el furor que ya hace rato
se murió entre sus entrañas
por las miles telarañas
de su espíritu pacato.
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