Caballo Negro
Miembro Conocido
Nuestro baile ya no es
ni un tango ni una milonga,
son pasos disonantes al oído.
El corazón escucha dulce melodía
al son de las notas.
La mente ya sorda no entiende
los mensajes melódicos entrantes,
el cuerpo ya no danza al
son de ninguna música.
Aquel baile donde las palabras del cuerpo
conversan con gran sensualidad,
entre giros y manos tomadas
entre el cruzar de las piernas
nace el amor y el baile.
Hablando con susurros al oído dejos de la noche
de dos amantes escondidos entre un salón,
de dulce penumbra a las emociones
con la complicidad de una esfera blanca
tintineos del cielo y la noche.
2012-10-6
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