Fernando Ll
Miembro
Mi mente me dice que hay una forma de ser, un objetivo que cumplir en la vida un final en el camino del desarrollo humano,
pero yo no lo tengo claro y a la vez me da miedo malgastar mi vida recorriendo caminos sin destino que no llevan a ningún lado.
Hay muchas corrientes de pensamiento las cuales valoro mucho y que me han influenciado,
estas dicen que somos esclavos de la mente, que estamos en sus manos y bajo su tendencia a cumplir objetivos y recorrer caminos en forma de ochos tumbados.
Me han enseñado que antes de intentar cambiar al mundo tienes que liberarte de tu condicionamiento,
que debes visitar y comprender las habitaciones y rincones que tienes dentro.
Que el no hacer esto es como intentar reparar un coche sin conocimiento,
como besar sin labios, abrazar sin brazos o alimentar a alguien sin alimento.
Y cuidado porque hay mucho tópico que por ser tópico vemos aburrido y despreciamos,
cuando pueden esconder verdades que brillan entre los barrotes de la cárcel de lo cotidiano.
Ensalzamos a los valientes cuando deberíamos de compadecerles hermano,
Ya que un valiente pelea con sus miedos sin vencerlos permanentemente.
Pero hoy en día la batalla y el pelear es lo que a uno da valor y creemos que le hace fuerte,
cuando es el amor incondicional por la vida lo que te abre los ojos y te deja ver a través de lo que has construido dentro y vislumbrar lo que tienes en frente.
Nuestras intenciones son como las manos de un niño y nuestros objetivos pompas de jabón, ya que el pensamiento es sutil y transparente como el espacio vacío por donde vagamos, donde odiamos, peleamos, trabajamos y hacemos el amor.
Caminando por la vida esta me ha enseñado que es como el viento que sopla en distintas intensidades y direcciones
y que nos ayude o no depende de la dirección de nuestro movimiento metáfora de nuestras intenciones,
Que el camino que escogemos está condicionado por nuestro entorno, necesidades y temores y que solo hasta cierto punto tenemos control total sobre nuestras decisiones,
Que este es el motivo de que me cueste juzgar a los que se consideran buenos llaman malos por que quien sabe lo que estos han visto, lo que han oído lo que les han enseñado, lo que han experimentado.
Por eso vivo acorde al mantra de dudar siempre lo que todo el mundo tiene claro
y dejarme acariciar por el bienestar que trae tranquilidad de saber que en realidad nadie es ni bueno ni malo.
Que nada es ni blanco ni negro, que la vida es de un gris neutro,
que de izquierdas y derechas somos los humanos, pero la realidad como los inteligentes solo se mueve por el medio,
Que se abstiene de opiniones de valores de obsesiones, calificaciones y temores,
que las cosas son como son y definirlas por comparación es uno de nuestros más comunes errores.
Como dijo un poeta esto es para para escucharlo mirando al suelo con los ojos cerrados para que cuando termines puedas mirar a la vida con la frente alta con la conciencia tranquila y los ojos limpios algo menos condicionados.
¿A que tengo miedo? A pasar desapercibido, ¿a para el resto ser indiferente? a que hablen mal de mí, a que se rían de mí, a hacer el ridículo, a perder la vida por irresponsable en un accidente,
a que mi familia me olvide, a no verme atractivo al mirarme desde los ojos de la gente?
pero lo que más temo no es perder la vida si no el cariño que le tengo y que guardo en el centro de mi corazón latente.. por ahora.
pero yo no lo tengo claro y a la vez me da miedo malgastar mi vida recorriendo caminos sin destino que no llevan a ningún lado.
Hay muchas corrientes de pensamiento las cuales valoro mucho y que me han influenciado,
estas dicen que somos esclavos de la mente, que estamos en sus manos y bajo su tendencia a cumplir objetivos y recorrer caminos en forma de ochos tumbados.
Me han enseñado que antes de intentar cambiar al mundo tienes que liberarte de tu condicionamiento,
que debes visitar y comprender las habitaciones y rincones que tienes dentro.
Que el no hacer esto es como intentar reparar un coche sin conocimiento,
como besar sin labios, abrazar sin brazos o alimentar a alguien sin alimento.
Y cuidado porque hay mucho tópico que por ser tópico vemos aburrido y despreciamos,
cuando pueden esconder verdades que brillan entre los barrotes de la cárcel de lo cotidiano.
Ensalzamos a los valientes cuando deberíamos de compadecerles hermano,
Ya que un valiente pelea con sus miedos sin vencerlos permanentemente.
Pero hoy en día la batalla y el pelear es lo que a uno da valor y creemos que le hace fuerte,
cuando es el amor incondicional por la vida lo que te abre los ojos y te deja ver a través de lo que has construido dentro y vislumbrar lo que tienes en frente.
Nuestras intenciones son como las manos de un niño y nuestros objetivos pompas de jabón, ya que el pensamiento es sutil y transparente como el espacio vacío por donde vagamos, donde odiamos, peleamos, trabajamos y hacemos el amor.
Caminando por la vida esta me ha enseñado que es como el viento que sopla en distintas intensidades y direcciones
y que nos ayude o no depende de la dirección de nuestro movimiento metáfora de nuestras intenciones,
Que el camino que escogemos está condicionado por nuestro entorno, necesidades y temores y que solo hasta cierto punto tenemos control total sobre nuestras decisiones,
Que este es el motivo de que me cueste juzgar a los que se consideran buenos llaman malos por que quien sabe lo que estos han visto, lo que han oído lo que les han enseñado, lo que han experimentado.
Por eso vivo acorde al mantra de dudar siempre lo que todo el mundo tiene claro
y dejarme acariciar por el bienestar que trae tranquilidad de saber que en realidad nadie es ni bueno ni malo.
Que nada es ni blanco ni negro, que la vida es de un gris neutro,
que de izquierdas y derechas somos los humanos, pero la realidad como los inteligentes solo se mueve por el medio,
Que se abstiene de opiniones de valores de obsesiones, calificaciones y temores,
que las cosas son como son y definirlas por comparación es uno de nuestros más comunes errores.
Como dijo un poeta esto es para para escucharlo mirando al suelo con los ojos cerrados para que cuando termines puedas mirar a la vida con la frente alta con la conciencia tranquila y los ojos limpios algo menos condicionados.
¿A que tengo miedo? A pasar desapercibido, ¿a para el resto ser indiferente? a que hablen mal de mí, a que se rían de mí, a hacer el ridículo, a perder la vida por irresponsable en un accidente,
a que mi familia me olvide, a no verme atractivo al mirarme desde los ojos de la gente?
pero lo que más temo no es perder la vida si no el cariño que le tengo y que guardo en el centro de mi corazón latente.. por ahora.
