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Reflexión

Reflexión

Ya pasó la noche buena,
y se fue la navidad
pero hay que ver la oquedad
que en los bolsillos resuena.
Casi casi que da pena
sentir el tamaño eco
que en cada bolsillo hueco,
o en cada cuenta bancaria,
de manera estrafalaria
va gritando: seco...seco!!!

Y se fue la noche vieja
envuelta en nubes de humo,
pirotecnia de consumo,
tonto mal que nos aqueja.
Y se avecina la queja
por comer un mes entero
arroz y algún entrevero
de comida de sobrantes
porque en los meses restantes:
¡A pagar deudas primero!

Y por si esto fuera poco,
se nos vino el año nuevo
y le creemos un huevo
de pascua con miel y coco.
Es una cosa de loco
pero le exigimos suerte;
después de dejar inerte
toda nuestra economía
pedimos la lotería
y con el premio más fuerte.

Pero la cosa prosigue
y habrá que hacer la "cartita"
a los reyes, bien gordita,
sin que esto nos fatigue.
No hay débito que mitigue
la herida que queda abierta.
Cuando la gente despierta
de la hipnosis colectiva
despotrica contra el IVA
con la tarjeta ya muerta.

Pero así somos: Especie
que no aprende de lo bueno,
nadamos en desenfreno
aunque la tormenta arrecie.
Quizás un día se precie
el ser humano pensante
de mirar con buen talante
el festejar de otro modo,
sin llegar a gastar todo
teniendo un año adelante.

Dar valor a lo que vale
y que no cuesta dinero,
priorizar lo verdadero
dejar que el amor se instale.
Eso casi no nos sale,
el tiempo es un gran tirano
y en vez de extender la mano
prolongando el sentimiento,
se compra entretenimiento
que casi siempre es insano.

Este fatal pensamiento
es personal y no niego
que en las fiestas está el fuego
que acompaña al sentimiento.
Y por esto es que lamento
ser parte del consumismo:
El niño aprende lo mismo
y opacando lo más puro
transformamos su futuro
en peldaños de un abismo.

Pondré fin a esta escritura
que ya peca de pesada
no es que me sienta amargada
o niegue una confitura.
Pero encontrar sabrosura
en una fiesta sencilla
es como hacer de la arcilla
un vaso hermoso y labrado
y abrazar al que está al lado,
como encender una hornilla.



Alba Rivero.
 
Alba te felicito por tu reflexión, qué bueno el mensaje y bien logrado el envase que lo contiene, me gustó, digamos, en lo filosófico y en lo poético. Así somos, la humildad no nos caracteriza, tampoco la coherencia y se nota. Un aplauso
 

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