María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
ROMANCE PARA LA VIDA
Nací como las palomas,
libre, como nubes blancas,
como estrellas en el cielo
temprano, de madrugada.
La luna se cobijó
entre el viento y la esperanza,
brillaban las amapolas,
las golondrinas cantaban.
Nací casi sin aliento
luchando contra la parca,
me devolvieron la vida
sin entender de palabras,
ni de risa, ni de alivios,
ni de fiestas en el alma.
Nací sin tener camino,
entre las sombras, descalza,
entre sueños sin retorno,
sin querer y siendo nada.
La suerte nunca me habló,
el amor fue la revancha
que pagué por una vida
que me regaló su marca,
la marca de no vivir
entre caricias de plata.
He tropezado cien veces
con amarguras de escarcha,
cien veces he navegado
por mares de penas claras.
Ya no espero más dolor
del que llevo en las espaldas,
reservo todo lo bueno
y hasta me trago las lágrimas,
mis versos son el legado
que deje cuando me vaya.
María del Mar Ponce López
Derechos reservados
Nací como las palomas,
libre, como nubes blancas,
como estrellas en el cielo
temprano, de madrugada.
La luna se cobijó
entre el viento y la esperanza,
brillaban las amapolas,
las golondrinas cantaban.
Nací casi sin aliento
luchando contra la parca,
me devolvieron la vida
sin entender de palabras,
ni de risa, ni de alivios,
ni de fiestas en el alma.
Nací sin tener camino,
entre las sombras, descalza,
entre sueños sin retorno,
sin querer y siendo nada.
La suerte nunca me habló,
el amor fue la revancha
que pagué por una vida
que me regaló su marca,
la marca de no vivir
entre caricias de plata.
He tropezado cien veces
con amarguras de escarcha,
cien veces he navegado
por mares de penas claras.
Ya no espero más dolor
del que llevo en las espaldas,
reservo todo lo bueno
y hasta me trago las lágrimas,
mis versos son el legado
que deje cuando me vaya.
María del Mar Ponce López
Derechos reservados