Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
SE DECÍA IMPOSIBLE
“--- ¡Usted, bella Señora! A donde quiera que esté.
¡Léame! ¡Total! Aunque jamás me responda,
¿Sabe el por qué, llevo una pena tan honda?
Nuevamente ha logrado, que renazca esta fe.
“--- Señora! Supe que la miraron este domingo pasado.
Que acudió al mismo sitio, confundida y cautelosa
Buscaba afanosamente, de manera muy curiosa
A alguien, en el lugar, donde siempre la he esperado
“--- Fue capricho del destino y aquel día no acudí
Estuve en la capilla, desahogando mi pecado
Le rogué Señor, que la trajera aquí, a mi lado
Mas, Dios, no cumple antojos y por eso no la vi.
“--- ¡Señora! Usted, me ha buscado, según así me dijeron.
Que la han visto ojerosa, sobre todo demacrada,
como si estuviera enferma; además desencajada.
Que no hay esa lozanía de cómo antes la vieron.
“--- ¡Señora! Se han corrido algunos turbios rumores:
La razón de su ausencia, causa fue de un desliz,
que por eso anda ausente y no se le mira feliz.
Pero a usted lo que le falta, es amarnos sin temores.
“--- Presiento, que en los dos, hay una intensa pasión.
¡Tanto, tanto he esperado, que un día más, no importa!
Comprenda, que si demora, también la vida se acorta,
y, que tal vez por mucho esperar, no resista el corazón.
“--- ¡Señora! Yo la sigo amando, jamás ha muerto mi espera.
¡Cuanto he anhelado ese día que la pueda yo abrazar,
demostrarle cuanto la amo y hasta poderla besar!
Hacer realidad mi sueño, no esperar a que éste muera.
“--- ¡Señora! Mi vida daría de una manera indecible.
Libaría su aliento agitado, licuándose con el mío.
crearíamos la primavera, aunque estuviera el estío,
y así el amor lograría…, lo que se decía imposible.
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
22/11/2015 Derechos de Autor Reservados.©
“--- ¡Usted, bella Señora! A donde quiera que esté.
¡Léame! ¡Total! Aunque jamás me responda,
¿Sabe el por qué, llevo una pena tan honda?
Nuevamente ha logrado, que renazca esta fe.
“--- Señora! Supe que la miraron este domingo pasado.
Que acudió al mismo sitio, confundida y cautelosa
Buscaba afanosamente, de manera muy curiosa
A alguien, en el lugar, donde siempre la he esperado
“--- Fue capricho del destino y aquel día no acudí
Estuve en la capilla, desahogando mi pecado
Le rogué Señor, que la trajera aquí, a mi lado
Mas, Dios, no cumple antojos y por eso no la vi.
“--- ¡Señora! Usted, me ha buscado, según así me dijeron.
Que la han visto ojerosa, sobre todo demacrada,
como si estuviera enferma; además desencajada.
Que no hay esa lozanía de cómo antes la vieron.
“--- ¡Señora! Se han corrido algunos turbios rumores:
La razón de su ausencia, causa fue de un desliz,
que por eso anda ausente y no se le mira feliz.
Pero a usted lo que le falta, es amarnos sin temores.
“--- Presiento, que en los dos, hay una intensa pasión.
¡Tanto, tanto he esperado, que un día más, no importa!
Comprenda, que si demora, también la vida se acorta,
y, que tal vez por mucho esperar, no resista el corazón.
“--- ¡Señora! Yo la sigo amando, jamás ha muerto mi espera.
¡Cuanto he anhelado ese día que la pueda yo abrazar,
demostrarle cuanto la amo y hasta poderla besar!
Hacer realidad mi sueño, no esperar a que éste muera.
“--- ¡Señora! Mi vida daría de una manera indecible.
Libaría su aliento agitado, licuándose con el mío.
crearíamos la primavera, aunque estuviera el estío,
y así el amor lograría…, lo que se decía imposible.
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
22/11/2015 Derechos de Autor Reservados.©
