Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
He mirado las sendas de tu cara,
que reflejan tu paso por la vida,
de la lucha que diste sin medida
para ir a la meta limpia y clara.
Hoy la dicha magnánima te ampara
por cumplir tu misión con fe encendida,
que es presea que en ti llevas prendida
y por nada del mundo se separa.
Deja, madre, pasar mi tibia mano
por tu rostro de surcos que se mueven
enmarcados por ese pelo cano.
Son arrugas que están en donde deben
y que dan a tu aspecto meridiano
resplandores brillantes que conmueven.
que reflejan tu paso por la vida,
de la lucha que diste sin medida
para ir a la meta limpia y clara.
Hoy la dicha magnánima te ampara
por cumplir tu misión con fe encendida,
que es presea que en ti llevas prendida
y por nada del mundo se separa.
Deja, madre, pasar mi tibia mano
por tu rostro de surcos que se mueven
enmarcados por ese pelo cano.
Son arrugas que están en donde deben
y que dan a tu aspecto meridiano
resplandores brillantes que conmueven.