Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Si del alma se oyeran los latidos,
suponiendo que tenga corazón,
podrías escuchar cómo resuena
el tic-tac de un reloj.
Del reloj de mi alcoba, aquél que dije
que mis viejos secretos escuchó,
aquél de manecillas detenidas,
aquel cascajo atroz.
Solamente me quedan los recuerdos,
porque pienso que no tendré tu amor
y plasmo mi tristeza día a día
en las hojas de un bloc.
Se pasaron los años velozmente,
la juventud del tiempo se fue en pos,
el ocaso le dio paso a la Luna,
¡no ha de brillar ya el Sol!
suponiendo que tenga corazón,
podrías escuchar cómo resuena
el tic-tac de un reloj.
Del reloj de mi alcoba, aquél que dije
que mis viejos secretos escuchó,
aquél de manecillas detenidas,
aquel cascajo atroz.
Solamente me quedan los recuerdos,
porque pienso que no tendré tu amor
y plasmo mi tristeza día a día
en las hojas de un bloc.
Se pasaron los años velozmente,
la juventud del tiempo se fue en pos,
el ocaso le dio paso a la Luna,
¡no ha de brillar ya el Sol!