Jorge Toro
Miembro Conocido
Si pudiera decirte lo que siento,
si mis letras tuvieran la destreza
de expresarte fielmente el sentimiento
que ocasiona mi crónica tristeza…
Hoy sabrías, a más de que te quiero,
del tormento que surca por mis sienes
y del cómo el glacial de tus desdenes
cada día oscurece mi sendero.
Si pudiera contarte te diría
de los años que llevo tras tus pasos,
y que sueño y me empeño todavía
en un día tenerte entre mis brazos.
Si pudiera sabrías cuanto anhelo
el robarte una noche interminable
y besando tu cuerpo – infatigable -
percibir que contigo toco el cielo.
Te diría que el ritmo de mi pulso
se desboca al pensar en tu figura
que imagino, a sabiendas que es insulso,
el instante en que gane tu ternura.
Que deliro robándote el aliento
en un beso que tantas hambres sacie;
y conmigo la vida se congracie
al brindarme de ti algún momento.
Si pudiera te juro que lo haría,
pero son tan indóciles tus manos
y abismal además tu lejanía,
que mis huérfanos sueños suenan vanos.
Por mi vicio continuo de pensarte
escribí lo que ahora estás leyendo,
aunque veo y prosigo percibiendo
que estaré, en tu vida, siempre aparte.
si mis letras tuvieran la destreza
de expresarte fielmente el sentimiento
que ocasiona mi crónica tristeza…
Hoy sabrías, a más de que te quiero,
del tormento que surca por mis sienes
y del cómo el glacial de tus desdenes
cada día oscurece mi sendero.
Si pudiera contarte te diría
de los años que llevo tras tus pasos,
y que sueño y me empeño todavía
en un día tenerte entre mis brazos.
Si pudiera sabrías cuanto anhelo
el robarte una noche interminable
y besando tu cuerpo – infatigable -
percibir que contigo toco el cielo.
Te diría que el ritmo de mi pulso
se desboca al pensar en tu figura
que imagino, a sabiendas que es insulso,
el instante en que gane tu ternura.
Que deliro robándote el aliento
en un beso que tantas hambres sacie;
y conmigo la vida se congracie
al brindarme de ti algún momento.
Si pudiera te juro que lo haría,
pero son tan indóciles tus manos
y abismal además tu lejanía,
que mis huérfanos sueños suenan vanos.
Por mi vicio continuo de pensarte
escribí lo que ahora estás leyendo,
aunque veo y prosigo percibiendo
que estaré, en tu vida, siempre aparte.