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Sigrid niña divina.

SIGRID.
LA NIñA DIVINA.

ANGEL DE MARIA.


¡Oh!
Luceros cerrados, diminutas manos...
Con alas de ángel, llegaste a mi lado.
Instante dorado, fecundo y glorioso.
Un astro, una estrella, al alma naciente
le entregan sus alas...
Mi niña adorada, en el alma eterna.
Un instante nuevo, respiro fecundo.
Un ángel amado, de vuelta un segundo
entre llantos y risas, le entrego a mis manos,
lo que pertenece al mundo sagrado.
Un flamante traje, de luces celestes,
en un nuevo hogar su alma florece.
Un sirio encendido, les deja su huella.
Sigrid, angel de María,
es amor fecundo...
Corretea y canta,
es halo de luz,
mi
estrella adorada,
la niña divina, con ojos de cielo,
querer en CRECIENTE.
Un sutil instante

amor refulgente
un sueño NACIENTE...
¡LA LUZ DE MARIA!
Mi niña divina, con ojos de cielo.
Un ángel amado, protege su sueño,
dentro de mi pecho,
bóveda celeste del amor eterno.

Maria Rial . Issisora

 
Última edición:
Mucho dolor causa la perdida de alguien, sobretodo si son niños, la única posibilidad que nos cabe para podernos comenzar a acostumbrar , aunque nunca se logra , es pensar que somos egoístas , queriendo que las personas que queremos se queden para siempre a nuestro lado, Bello poema María
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
SIGRID.
LA NIñA DIVINA.

ANGEL DE MARIA.


¡Oh!
Luceros cerrados, diminutas manos...
Con alas de ángel, llegaste a mi lado.
Instante dorado, fecundo y glorioso.
Un astro, una estrella, al alma naciente
le entregan sus alas...
Mi niña adorada, en el alma eterna.
Un instante nuevo, respiro fecundo.
Un ángel amado, de vuelta un segundo
entre llantos y risas, le entrego a mis manos,
lo que pertenece al mundo sagrado.
Un flamante traje, de luces celestes,
en un nuevo hogar su alma florece.
Un sirio encendido, les deja su huella.
Sigrid, angel de María,
es amor fecundo...
Corretea y canta,
es halo de luz,
mi
estrella adorada,
la niña divina, con ojos de cielo,
querer en CRECIENTE.
Un sutil instante

amor refulgente
un sueño NACIENTE...
¡LA LUZ DE MARIA!
Mi niña divina, con ojos de cielo.
Un ángel amado, proteje su sueño,
dentro de mi pecho,
bóveda celeste del amor eterno.

Maria Rial . Issisora



María un precioso poema colmado de sentimientos que enternecen y provocan mucho sentir,tus versos son una belleza,gracias por compartir,un beso grande y mis felicitaciones.
 
Un hermosisimo poema para el más grande dolor del mundo, lo has plasmado con intensidad y exquisita ternura como siempre dejas en tus profundas letras, Felicitaciones María por estos maravillosos versos, saludos amiga poeta
 

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