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Sin preguntas

Carmen Cano

Miembro Conocido
Estaba allí, llorando en un rincón, todos pasaban, nadie miraba, pareciera que fuese completamente invisible y en cierto modo deseaba serlo... él se acercó, la tendió un pañuelo y se sentó a su lado.
Pasaron unos minutos, puede que incluso algunas horas, ella le miró.
- No vas a preguntar qué me pasa??
- No, yo nunca pregunto, eso lo hacen los demás por mi y buscan siempre respuestas a las preguntas, pero no existen.

Otro silencio, ella le miraba y él simplemente estaba allí, quieto, se detuvo a contemplarle, realmente era enigmático y hechizante.

-Perdí el tren.- Dijo ella al cabo de unos minutos.
-Pasa uno cada media hora.
-Este era importante.
Silencio, ni una palabra.
Al cabo de unos minutos más ella interrogó de nuevo. - Tampoco vas a preguntar por qué era importante?-
- No, ya te dije, nunca pregunto.
- Dudé, pero realmente me importaba.
- No creo que dudes cuando respiras o caminas.
- Tuve miedo, lo sé, no debí tenerlo, debí confiar, pero me paralicé.

Otro silencio... y ella de nuevo. - No vas a preguntar a dónde me llevaría ese tren??
- No, por supuesto que no preguntaré, no tienes la respuesta, no lo cogiste.

Ella se paró a pensar y se dio cuenta, que aquel extraño tenía razón, fue la incertidumbre lo que la hizo temer, perdió la seguridad y aunque sabía que ese tren la llevaría directamente a donde deseaba estar, ese minuto en que dudó la hizo perder el tren y ahora ya no sabía si pasaría de nuevo o si habría otro tren que la llevara al mismo lugar, ahora, solo tenía la certeza de dónde quería estar y que haría cualquier cosa por llegar a su destino.

Si en las cosas cotidianas de la vida no dudamos, si en algo tan importante como respirar no nos cuestionamos si tenemos que hacerlo o no, por qué cuando llega el amor y se nos sienta al lado tan sólo le interrogamos??

Se giró para darle las gracias a aquel desconocido, pero se había esfumado de la misma manera en que llegó, es como lo hace siempre el amor, llega sin que le busquemos, se sienta al lado y tan solo espera a que nos demos cuenta de qué es lo que queremos realmente, él no pregunta, no cuestiona, solo espera.
 
Estaba allí, llorando en un rincón, todos pasaban, nadie miraba, pareciera que fuese completamente invisible y en cierto modo deseaba serlo... él se acercó, la tendió un pañuelo y se sentó a su lado.
Pasaron unos minutos, puede que incluso algunas horas, ella le miró.
- No vas a preguntar qué me pasa??
- No, yo nunca pregunto, eso lo hacen los demás por mi y buscan siempre respuestas a las preguntas, pero no existen.

Otro silencio, ella le miraba y él simplemente estaba allí, quieto, se detuvo a contemplarle, realmente era enigmático y hechizante.

-Perdí el tren.- Dijo ella al cabo de unos minutos.
-Pasa uno cada media hora.
-Este era importante.
Silencio, ni una palabra.
Al cabo de unos minutos más ella interrogó de nuevo. - Tampoco vas a preguntar por qué era importante?-
- No, ya te dije, nunca pregunto.
- Dudé, pero realmente me importaba.
- No creo que dudes cuando respiras o caminas.
- Tuve miedo, lo sé, no debí tenerlo, debí confiar, pero me paralicé.

Otro silencio... y ella de nuevo. - No vas a preguntar a dónde me llevaría ese tren??
- No, por supuesto que no preguntaré, no tienes la respuesta, no lo cogiste.

Ella se paró a pensar y se dio cuenta, que aquel extraño tenía razón, fue la incertidumbre lo que la hizo temer, perdió la seguridad y aunque sabía que ese tren la llevaría directamente a donde deseaba estar, ese minuto en que dudó la hizo perder el tren y ahora ya no sabía si pasaría de nuevo o si habría otro tren que la llevara al mismo lugar, ahora, solo tenía la certeza de dónde quería estar y que haría cualquier cosa por llegar a su destino.

Si en las cosas cotidianas de la vida no dudamos, si en algo tan importante como respirar no nos cuestionamos si tenemos que hacerlo o no, por qué cuando llega el amor y se nos sienta al lado tan sólo le interrogamos??

Se giró para darle las gracias a aquel desconocido, pero se había esfumado de la misma manera en que llegó, es como lo hace siempre el amor, llega sin que le busquemos, se sienta al lado y tan solo espera a que nos demos cuenta de qué es lo que queremos realmente, él no pregunta, no cuestiona, solo espera.
Y esa es una verdad que nos cuesta aceptar! Al amor no se le interroga como vos dices...se le da la bienvenida!
Un gusto pasar estimada Carmen Cano, me ha gustado mucho!
Abrazos sinceros! :)

 
Estaba allí, llorando en un rincón, todos pasaban, nadie miraba, pareciera que fuese completamente invisible y en cierto modo deseaba serlo... él se acercó, la tendió un pañuelo y se sentó a su lado.
Pasaron unos minutos, puede que incluso algunas horas, ella le miró.
- No vas a preguntar qué me pasa??
- No, yo nunca pregunto, eso lo hacen los demás por mi y buscan siempre respuestas a las preguntas, pero no existen.

Otro silencio, ella le miraba y él simplemente estaba allí, quieto, se detuvo a contemplarle, realmente era enigmático y hechizante.

-Perdí el tren.- Dijo ella al cabo de unos minutos.
-Pasa uno cada media hora.
-Este era importante.
Silencio, ni una palabra.
Al cabo de unos minutos más ella interrogó de nuevo. - Tampoco vas a preguntar por qué era importante?-
- No, ya te dije, nunca pregunto.
- Dudé, pero realmente me importaba.
- No creo que dudes cuando respiras o caminas.
- Tuve miedo, lo sé, no debí tenerlo, debí confiar, pero me paralicé.

Otro silencio... y ella de nuevo. - No vas a preguntar a dónde me llevaría ese tren??
- No, por supuesto que no preguntaré, no tienes la respuesta, no lo cogiste.

Ella se paró a pensar y se dio cuenta, que aquel extraño tenía razón, fue la incertidumbre lo que la hizo temer, perdió la seguridad y aunque sabía que ese tren la llevaría directamente a donde deseaba estar, ese minuto en que dudó la hizo perder el tren y ahora ya no sabía si pasaría de nuevo o si habría otro tren que la llevara al mismo lugar, ahora, solo tenía la certeza de dónde quería estar y que haría cualquier cosa por llegar a su destino.

Si en las cosas cotidianas de la vida no dudamos, si en algo tan importante como respirar no nos cuestionamos si tenemos que hacerlo o no, por qué cuando llega el amor y se nos sienta al lado tan sólo le interrogamos??

Se giró para darle las gracias a aquel desconocido, pero se había esfumado de la misma manera en que llegó, es como lo hace siempre el amor, llega sin que le busquemos, se sienta al lado y tan solo espera a que nos demos cuenta de qué es lo que queremos realmente, él no pregunta, no cuestiona, solo espera.
CARMITA

Entretenido y reflexivo tu relato.

Es así, el amor y viene
se va como el viento.

Un fortísimo abrazo.

 
Querida Carmen, es tan cierto lo que dices, el amor se lo vive, por preguntar tanto a veces, muchas, nos quedamos solas, te quiero niña.
 

Carmen Cano

Miembro Conocido
Muchísimas gracias a todos por leerme, por el tiempo empleado, por las palabras de cariño y por este premio que no creo merecer. GRACIASSSS!!!!!
 

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