cocuzza3105
Miembro Conocido
SOLEDAD
En silencio, con su mirada hacia el horizonte,
esperaba el vuelo que lo hiciera parpadear.
Un nudo de recuerdos lo atrapaba
al momento que en la calma se sintió un aletear.
No era un ave con sus alas de colores,
sino el tiempo que golpeaba sin cesar.
Un murmullo hondo y tibio que lo instaba
al retumbo desatado de un pesar.
Fue la cuerda que lo unió a la memoria,
la pureza del aroma que vivió en soledad.
Sin saber que el claro antojo del latido
despertaba la quietud de la verdad.
Una ráfaga de nubes lo apremió,
y de pronto comenzó el malestar.
Dirigido al estruendo del cemento,
supo con firmeza el lugar para restar.
Yen secreto lleva el trozo de ese cielo,
transformado en compañero cotidiano,
recubriendo el placer de aquel silencio
que añora con tesón hecho liviano.
Ángel César Cocuzza.
En silencio, con su mirada hacia el horizonte,
esperaba el vuelo que lo hiciera parpadear.
Un nudo de recuerdos lo atrapaba
al momento que en la calma se sintió un aletear.
No era un ave con sus alas de colores,
sino el tiempo que golpeaba sin cesar.
Un murmullo hondo y tibio que lo instaba
al retumbo desatado de un pesar.
Fue la cuerda que lo unió a la memoria,
la pureza del aroma que vivió en soledad.
Sin saber que el claro antojo del latido
despertaba la quietud de la verdad.
Una ráfaga de nubes lo apremió,
y de pronto comenzó el malestar.
Dirigido al estruendo del cemento,
supo con firmeza el lugar para restar.
Yen secreto lleva el trozo de ese cielo,
transformado en compañero cotidiano,
recubriendo el placer de aquel silencio
que añora con tesón hecho liviano.
Ángel César Cocuzza.
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