Rolando del Pozo
Miembro Conocido
Suele ocurrir que una luz presagia pausas de viento
y lidiar con la fantasía del último silencio es preciso.
Una esquizoide madrugada se apura en mis brazos,
en el devenir de súplicas teñidas de azul y misterios.
La soledad en los dedos y en frenadas, rojas señales,
me pide la limosna que donan mis agitadas visiones.
Y mi locura me abraza anunciando huecas condenas
que nada entregan en esta pausada y lenta congoja.
Mi locura recorre los vocablos donde nada es cierto.
Recorre una pena atada a mis alucinados desmanes.
Y los pasados se repiten en los vértices de esta casa.
Se repiten en apenadas caretas, en los viejos colores.
Mi locura es el sangrado de una esculpida voz infinita.
Es la vindicta acunada en traspiés que nadie entiende.
Rolando del Pozo
y lidiar con la fantasía del último silencio es preciso.
Una esquizoide madrugada se apura en mis brazos,
en el devenir de súplicas teñidas de azul y misterios.
La soledad en los dedos y en frenadas, rojas señales,
me pide la limosna que donan mis agitadas visiones.
Y mi locura me abraza anunciando huecas condenas
que nada entregan en esta pausada y lenta congoja.
Mi locura recorre los vocablos donde nada es cierto.
Recorre una pena atada a mis alucinados desmanes.
Y los pasados se repiten en los vértices de esta casa.
Se repiten en apenadas caretas, en los viejos colores.
Mi locura es el sangrado de una esculpida voz infinita.
Es la vindicta acunada en traspiés que nadie entiende.
Rolando del Pozo