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Sufriente por amor.


Como el león que ruge en su cornisa
con terquedad sufriente al apetito
voy a posarme inerte en tu repisa
como figura propia de algún mito.

Y a la insistencia ciega de la prisa
voy a culpar, sin más, de mi delito,
siendo un amor cobarde a tu sonrisa
el que me enclaustra al cuadro donde habito.

¿Quién de los dos, repleto de razones
aterradoras, frías y cerradas,
ha malgastado amores y miradas?


¿Yo, desde lejos?¿Tú, tras los montones
que con las piedras sacras te construyes?
¡Yo, en mi pared! ¡Y tú.. donde me huyes!

José J. Torres



 
Última edición:

Severino Esteve

Miembro Conocido

Como el león que ruge en su cornisa
con terquedad sufriente al apetito,
voy a posarme inerte en tu repisa
como figura propia de algún mito.

Y a la insistencia ciega de la prisa
voy a culpar, sin más, de mi delito,
que es "un amor" cobarde a tu sonrisa
y el que me enclaustra al cuadro donde habito.

¿Quién de los dos, repleto de razones
aterradoras, frías y cerradas,
a malgastado amores y miradas?


¿Yo, desde lejos?¿Tú, tras los montones
que con las piedras sacras te construyes?
¡¡Yo, en mi pared!!... ¡¡Y tú, donde me huyes!!

José J. Torres



Excelente soneto, José, a ritmo de sáficos y con un contenido que se acerca o se aleja al ritmo de las preguntas trascendentales de los tercetos.
Se agradecen las buenas lecturas.
Saludos.

Pd. Creo que en el inicio del undécimo verso falta la H.
 

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