EL ORIGEN DEL POEMA DE BASHO
furu ike ya / Kawazu tobikomu / mizu no oto(1686) Un viejo estanque / Una rana que salta: / sonido del agua.
Se dice que Buchoo, maestro de Zen de Bashoo, de camino hacia el templo Chookeiji de Fukagawa, cerca de Edo, fue a visitar un día al poeta en compañía de Rokusoo Gohei. Este último, al entrar en la ermita de Bashoo, exclamó:
– ¿Cuál es el camino de la ley de Buda en este jardín tranquilo, con sus árboles y yerbas?
Bashoo respondió:
– Las grandes hojas son grandes, las pequeñas son pequeñas.
Buchoo, que entraba entonces, dijo:
– Últimamente, ¿a qué lugar has llegado?
Bashoo contestó así:
– Pasada ya la lluvia, el musgo verde está en su frescor.
Buchoo le volvió a preguntar:
– ¿Cuál es la ley de Buda, antes de que el musgo verde brotara?
En ese momento, oyendo el sonido de una rana que saltaba hacia el agua, Bashoo exclamó:
– Al zambullirse una rana, ruido de agua.
Buchoo se admiró de esta respuesta, considerándola como una prueba del estado de iluminación de Bashoo. Entonces Sanpuu (discípulo de Bashoo) felicitó respetuosamente a Bashoo por haber compuesto este verso, reconocido por Buchoo, que añadía al arte la gloria de la religión. Ransetsu (otro discípulo de Bashoo, también presente) dijo:
– Esta frase del sonido del agua puede decirse que representa plenamente el significado del haiku; con todo, la primera parte del verso falta. Por favor, completadlo.
Bashoo respondió:
– También yo he estado pensando sobre ello, pero me gustaría oír vuestras opiniones primero, y después decidiré.
Varios de sus discípulos lo intentaron. Sanpuu sugirió para el primer verso:
– Tinieblas de crepúsculo … (Yoiyami ya …)
Ransetsu:
– En la soledad … (Sabishisa ni …)
Y Kikaku:
– La amarilla rosa de montaña. (Yamabuki ya .)
Bashoo, considerando todo esto, dijo:
– Todos y cada uno de vosotros habéis expresado en vuestro primer verso un aspecto del asunto, y habéis compuesto un verso que sobrepasa lo ordinario. Especialmente el de Kikaku es brillante y enérgico. Sin embargo, apartándome del estilo convencional, voy a componerlo así esta tarde: Un viejo estanque …
A todos sobrecogió una profunda admiración. En este verso, el ojo del haiku se abre plenamente. Mueve al cielo y la tierra y a todos los dioses y demonios que los habitan a admiración. Este es en realidad el camino de Shikishima, igual a la creación de un Buda. El Dharani de Hitomaru, la alabanza de Saigyoo antes de la llegada de Buda, están contenidos en esas diecisiete sílabas”.