Elias
Miembro Conocido
Te amaré en silencio.
TE AMARÉ EN SILENCIO
Tu nombre en la noche se adivina
donde adivino el color de tu pelo,
donde tus ojos clavan en el cielo
las miradas que tu andar insemina.
Allí, entre las olas del mar silencioso,
donde el corazón se vuelve dichoso,
te amaré agitando las olas
en mi silencio, pausado y airoso.
Donde el calor se refugia en tu vuelo,
donde el fuego resulta caprichoso,
te amaré con el juego cadencioso
al diluirse los besos en su celo...
Te amaré en el silencio de la amapola
y en el rosado aliento de tu areola,
en el silencio de la tarde que declina
con caricias arropadas que la noche asola.
Tu pelo negro resalta ante mis ojos
acallando la tenue luz de la farola,
apagando las velas la brisa que desola
un paisaje tan precioso...
Y en este silencio que nos domina
arrancaré del lecho la fatal espina,
que rompe con descaro el consuelo
de la luz que a mis sombras ilumina.
Te amaré en el silencio de la amapola,
y con el canto alegre del ave que trina.
Palparé mis deseos tras tu cortina
rompiendo el silencio de sentirte sola...
Te amaré en el silencio de este cielo
y en el cobijo dormido de tu anhelo,
beberé del llanto callado de tus ojos
guardando tus lágrimas en mi pañuelo.
Elias Nuñez
2014
TE AMARÉ EN SILENCIO
Tu nombre en la noche se adivina
donde adivino el color de tu pelo,
donde tus ojos clavan en el cielo
las miradas que tu andar insemina.
Allí, entre las olas del mar silencioso,
donde el corazón se vuelve dichoso,
te amaré agitando las olas
en mi silencio, pausado y airoso.
Donde el calor se refugia en tu vuelo,
donde el fuego resulta caprichoso,
te amaré con el juego cadencioso
al diluirse los besos en su celo...
Te amaré en el silencio de la amapola
y en el rosado aliento de tu areola,
en el silencio de la tarde que declina
con caricias arropadas que la noche asola.
Tu pelo negro resalta ante mis ojos
acallando la tenue luz de la farola,
apagando las velas la brisa que desola
un paisaje tan precioso...
Y en este silencio que nos domina
arrancaré del lecho la fatal espina,
que rompe con descaro el consuelo
de la luz que a mis sombras ilumina.
Te amaré en el silencio de la amapola,
y con el canto alegre del ave que trina.
Palparé mis deseos tras tu cortina
rompiendo el silencio de sentirte sola...
Te amaré en el silencio de este cielo
y en el cobijo dormido de tu anhelo,
beberé del llanto callado de tus ojos
guardando tus lágrimas en mi pañuelo.
Elias Nuñez
2014
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