Carlangas Ramírez
Miembro
Te extraño
Te extraño tanto… Sí… ¡Tanto!
Que mi vida es un vacío
por estar sin ti, amor mío,
en las sombras del quebranto.
Nostalgia luce por fuera
este latir sensitivo
que anda en el mundo tan vivo,
y muerto vive en quimera.
Haz que ese tiempo de espera
nunca se llene de espanto
aunque absorba el tibio llanto
de una ingrata soledad…
¡Eres tú, mi humanidad!
Te extraño tanto… Sí… ¡Tanto!
Vives en ese jardín
de bellos atardeceres
rodeada de los placeres
que no vigilan el fin.
A tu paso, un buen festín
llevadero de rocío
sería el libre albedrío
de loco desasosiego…
Vuelve pronto, ¡te lo ruego!,
que mi vida es un vacío.
La razón en la pradera
espera de tus caricias…
Con tu mirada me inicias;
aunque por dentro yo muera.
Por tu amor me vuelvo fiera
en el terreno bravío
o me subo en el navío
de tus sedosas enaguas…
De mis ojos nacen aguas
por estar sin ti, amor mío.
De tus manos, la sed pura
quiero beber al regreso.
Divinidad te profeso
alejando la amargura.
Quiero sentir tu frescura
cada vez que me levanto
para envolverme de encanto…
Mujer querida… ¡ya, ven!
Tu presencia me hace bien
en las sombras del quebranto.
Carlos Távara Ramírez
Perú
Te extraño tanto… Sí… ¡Tanto!
Que mi vida es un vacío
por estar sin ti, amor mío,
en las sombras del quebranto.
Nostalgia luce por fuera
este latir sensitivo
que anda en el mundo tan vivo,
y muerto vive en quimera.
Haz que ese tiempo de espera
nunca se llene de espanto
aunque absorba el tibio llanto
de una ingrata soledad…
¡Eres tú, mi humanidad!
Te extraño tanto… Sí… ¡Tanto!
Vives en ese jardín
de bellos atardeceres
rodeada de los placeres
que no vigilan el fin.
A tu paso, un buen festín
llevadero de rocío
sería el libre albedrío
de loco desasosiego…
Vuelve pronto, ¡te lo ruego!,
que mi vida es un vacío.
La razón en la pradera
espera de tus caricias…
Con tu mirada me inicias;
aunque por dentro yo muera.
Por tu amor me vuelvo fiera
en el terreno bravío
o me subo en el navío
de tus sedosas enaguas…
De mis ojos nacen aguas
por estar sin ti, amor mío.
De tus manos, la sed pura
quiero beber al regreso.
Divinidad te profeso
alejando la amargura.
Quiero sentir tu frescura
cada vez que me levanto
para envolverme de encanto…
Mujer querida… ¡ya, ven!
Tu presencia me hace bien
en las sombras del quebranto.
Carlos Távara Ramírez
Perú
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