Azalea Diaz
Miembro Conocido
Te he bañado en mis silencios
Sí, en mis silencios te veo,
en arpegios que se escalan
como pincelando vuelos
en escaleras sin rampa,
deslizándote en mis miedos,
como esas nubes tan blancas
que adornan el firmamento,
entre aroma de mil calas.
Escucho tu risa al viento,
bajo la luna perlada,
entonando en cada sueño
catorce sonatas de hanja,
como un alegre jilguero
que canta por las mañanas
y guardaré como beso,
como música Tarana,
escondida en mi universo
tras el tiempo voy a amarla.
Así, junto a mí, sediento,
acercando las miradas
eclipsados en los besos,
marañando las persianas
yo susurraré en tu pecho
primaveras encantadas
entre el vaivén de mis versos,
arañando las entrañas
al ritmo de acentos viejos,
romperemos almohadas
desnudos, entre sonetos
cerraremos las ventanas,
las noctilucas gimiendo
en la noche desbocada
alumbrando nuestros sueños
entre el vaivén de dos arpas
con la fuerza de los vientos,
soltemos luces al alba,
y en mi piel como oro nuevo,
quedó tatuada tu alma.
Azalea.
Sí, en mis silencios te veo,
en arpegios que se escalan
como pincelando vuelos
en escaleras sin rampa,
deslizándote en mis miedos,
como esas nubes tan blancas
que adornan el firmamento,
entre aroma de mil calas.
Escucho tu risa al viento,
bajo la luna perlada,
entonando en cada sueño
catorce sonatas de hanja,
como un alegre jilguero
que canta por las mañanas
y guardaré como beso,
como música Tarana,
escondida en mi universo
tras el tiempo voy a amarla.
Así, junto a mí, sediento,
acercando las miradas
eclipsados en los besos,
marañando las persianas
yo susurraré en tu pecho
primaveras encantadas
entre el vaivén de mis versos,
arañando las entrañas
al ritmo de acentos viejos,
romperemos almohadas
desnudos, entre sonetos
cerraremos las ventanas,
las noctilucas gimiendo
en la noche desbocada
alumbrando nuestros sueños
entre el vaivén de dos arpas
con la fuerza de los vientos,
soltemos luces al alba,
y en mi piel como oro nuevo,
quedó tatuada tu alma.
Azalea.
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