Hoy marqué tu número. Solo faltaba presionar la tecla verde. Esa que haría sonar tu móvil. No lo hice. Tuve miedo, miedo a desencadenar una serie de acontecimientos, una cadena de recuerdos, saludos, palabras y emociones que no sabría hacia dónde conducen o quizás si y por eso no lo hice; hacia ninguna parte.
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