Eclipse
Miembro Conocido
Tumbada en la cama
sobre un jergón de plumas de Ganso,
va evocando sus desdichas.
Su aliento huele a vino de mesa;
fuerte , bravío, que entra como la espuma
y que va quemando por dentro,
como las penas que le desgarran el alma.
Nada tiene que perder,
nada aprecia en la vida.
Ayer fue toda una dama;
elegante, agraciada, firme con sus afectos,
conquistadora de todo corazón andante,
pero su candidez la arrastró
hasta las puertas del infierno.
Él no la anhelaba,
solo pretendía que fuera un trofeo más de su vitrina,
un cazador si escrúpulos,
un don Juan que supo arrebatarle
todos sus principios.
Ahora se siente ultrajada, sucia,
y va ahogando sus pesares
en una habitación de clausura.
Solo sabe repetir: por qué, por qué,
mientras se abandona bajo los efectos de barbitúricos.
Nada le importa,
nada le impide seguir con sus propósitos.
Así, tumbada, se va dejando llevar,
extendiendo su brazo
para alcanzar el más allá.
P.D. Este es mi segundo poema de impresionismo, gracias a una gran dama y amiga que me enseñó la forma de elaborarlo, toda una gran poeta, donde una amistad sana, nos une.
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