Solo fue un juego, de soledades, un “adorame”, que soy la mejor, la pretensión de una diva, el soñar de un quijote, que soy yo. Una obra de teatro, sin ganador, una tragedia sin sangre, ni dolor; solo fue un juego, con el amor.
Me permitiste que te amara y acepté, esperando que algún día el amado fuera yo.
Fuiste un sueño… ¡mi sueño!, una estrella brillante a la que mirar mientras construía mi escalera para llegar a ti. Yo la utilice para bajar hasta la firmeza de la realidad.
Me permitiste que te amara y acepté, esperando que algún día el amado fuera yo.
Fuiste un sueño… ¡mi sueño!, una estrella brillante a la que mirar mientras construía mi escalera para llegar a ti. Yo la utilice para bajar hasta la firmeza de la realidad.