lupita molina de hoyos
Miembro Conocido
UNA ROSA SIN ESPINAS
A ti, que un día partiste
sin despedirte,
sin darme la oportunidad
de saber si esa rosa
que un día
en tus manos deposité,
no lograron dañarte sus espinas
ahora el tiempo ha pasado
y tu ya no estás,
decidiste marcharte en silencio
sellaste tus labios
y tus ojos cerrados permanecieron,
para no ver
el sufrimiento que dejabas
al dejarte ir,
pero sé, que algún día
nos volveremos a encontrar
y juntos
quitaremos las espinas de esa rosa,
que sin piedad
laceraron tu corazón y el mío
y entonces,
llegará a nosotros la paz
y en un abrazo,
como el que solíamos darnos te diré,
me hiciste falta papá
y caminaremos juntos,
tu a mi lado y yo al tuyo
y sonreiremos,
porque estaremos unidos
en la eternidad,
en esa eternidad
en la que los dos viviremos,
plenos de felicidad
y llenará esos vacíos
que entre los dos formamos,
yo, al depositar una rosa con espinas
en tus manos
y tù al marcharte sin decirme,
hija te perdono porque te amo
y la luz divina nos iluminará
y nuestros corazones sanarán
y por siempre tù y yo descansaremos en paz,
continuando ese camino
que al final,
será nuestro destino,
morir para juntos seguir
y en nuestras manos,
una rosa sin espinas habrá
y a ninguno de los dos,
ya no dañará .
Lupita Molina de Hoyos
Coahuila México
29/05/2015
Derechos Reservados
A ti, que un día partiste
sin despedirte,
sin darme la oportunidad
de saber si esa rosa
que un día
en tus manos deposité,
no lograron dañarte sus espinas
ahora el tiempo ha pasado
y tu ya no estás,
decidiste marcharte en silencio
sellaste tus labios
y tus ojos cerrados permanecieron,
para no ver
el sufrimiento que dejabas
al dejarte ir,
pero sé, que algún día
nos volveremos a encontrar
y juntos
quitaremos las espinas de esa rosa,
que sin piedad
laceraron tu corazón y el mío
y entonces,
llegará a nosotros la paz
y en un abrazo,
como el que solíamos darnos te diré,
me hiciste falta papá
y caminaremos juntos,
tu a mi lado y yo al tuyo
y sonreiremos,
porque estaremos unidos
en la eternidad,
en esa eternidad
en la que los dos viviremos,
plenos de felicidad
y llenará esos vacíos
que entre los dos formamos,
yo, al depositar una rosa con espinas
en tus manos
y tù al marcharte sin decirme,
hija te perdono porque te amo
y la luz divina nos iluminará
y nuestros corazones sanarán
y por siempre tù y yo descansaremos en paz,
continuando ese camino
que al final,
será nuestro destino,
morir para juntos seguir
y en nuestras manos,
una rosa sin espinas habrá
y a ninguno de los dos,
ya no dañará .
Lupita Molina de Hoyos
Coahuila México
29/05/2015
Derechos Reservados
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