Los idiomas del silencio,
tienen la forma
de sus manos invisibles
clareando mi piel taciturna.
Tienen ese sonido dulce
de mieles y aguas cristalinas
desembocando
en los ríos de mis adentros.
Incendiando
mis tierras aradas,
donde florecen mis ansias.
Enervando los placeres
que provoca.
Haciendo estallar
el flujo de mis palabras.
Sin aliento,
sin modulación,
sin voz.
Sólo el suspiro que se escapa,
de esa llama interior que habla
y se cuela por los pliegues de sus labios
cuando me piensa.
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