Cisne
Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
YO TE AMABA
Escuché tu nombre y en silencio regresé hasta tus ojos, me hice lágrima, me hice pez y surcando por los ríos de la memoria encontré aquellos días cuando en silencio me ponía de puntillas para verte pasar; tú con tus enormes poemas bajo el brazo parecías suspendido en los altos páramos donde los inviernos son perpetuos y yo, con la esperanza en la mitad del pecho anhelaba el instante, quizá cuando los pétalos de la tarde descendieran, para que miraras mi corazón transparente y supieras cómo es el amor.
Pero, sin importar los porqués nunca conciliamos el tiempo para el amor, nunca nos atrevimos a volar en un cielo futuro y llenándose mi ser de imposibles lentamente solté los dedos de la esperanza.
Ahora estoy aquí, con esta alergia al polen de otro amor, con esta savia endurecida en el pasado, con las manos llenas de humo, con este hastío por las letras hermosamente vanas.
¿Sabes? tal vez nunca lo supiste, pero en este instante cuando el insomnio agasaja las horas, me atrevo a susurrar: yo te amaba.
Ana Cevallos Carrión
Tomado de: “El pulso de mis días”
Loja, 01.01.2016.
Escuché tu nombre y en silencio regresé hasta tus ojos, me hice lágrima, me hice pez y surcando por los ríos de la memoria encontré aquellos días cuando en silencio me ponía de puntillas para verte pasar; tú con tus enormes poemas bajo el brazo parecías suspendido en los altos páramos donde los inviernos son perpetuos y yo, con la esperanza en la mitad del pecho anhelaba el instante, quizá cuando los pétalos de la tarde descendieran, para que miraras mi corazón transparente y supieras cómo es el amor.
Pero, sin importar los porqués nunca conciliamos el tiempo para el amor, nunca nos atrevimos a volar en un cielo futuro y llenándose mi ser de imposibles lentamente solté los dedos de la esperanza.
Ahora estoy aquí, con esta alergia al polen de otro amor, con esta savia endurecida en el pasado, con las manos llenas de humo, con este hastío por las letras hermosamente vanas.
¿Sabes? tal vez nunca lo supiste, pero en este instante cuando el insomnio agasaja las horas, me atrevo a susurrar: yo te amaba.
Ana Cevallos Carrión
Tomado de: “El pulso de mis días”
Loja, 01.01.2016.