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VL14. Muerte

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,


Esta es probablemente la primera poesía que escribí a la muerte y aunque es una de las más sencillas, está inspirada en las conversaciones que tuve con mi madre sobre la muerte, ella no le temía y su muerte fue realmente maravillosa, fue como si se quedase dormida en los brazos de alguien muy amado.

MUERTE
A tu memoria, Lucrecita.
Cuando fui amanecer
el rocío bañaba mis tiernos pétalos,
sin advertir tu presencia
palpitaba en la rama amante.

Con pasos agigantados
la primavera se hizo en mí
y vi tu nombre lejano
como las azules montañas
distantes de mis sueños.

El sol de mediodía
se ocultó tras las nubes
dejando visibles tus senderos…

Comprendí que no eres espino
hiriendo la faz del alma,
ni tormenta que no apacigua
en las obscuras noches,
tampoco desierto infinito
desprovisto de manantiales.

La sombría tarde
cubre mis despobladas ramas
y ahora te siento cercana.

Ya no temo tus manos;
sé que son tibias,
ya no temo tu mirada;
sé que eres luz,
ya no temo tu abrazo;
eres descanso.

Muerte, yo te nombro,
mi paso seguro a la libertad
y sin temor espero el momento
cuando me habites,
transportando mi espíritu
a donde pertenezco.


Ana Cevallos Carrión
Tomado de "Plumas de seda"
Loja, agosto del 1997



 
Última edición:

Don

******
Pues aunque sea este poema un canto a la muerte
me ha gustado mucho
es más me parece hermoso...
felicitaciones Ana, tu pluma es exquisita
un fuerte abrazo
 


Esta es probablemente la primera poesía que escribí a la muerte y aunque es una de las más sencillas, esta inspirada en las conversaciones que tuve con mi madre sobre la muerte, ella no le temía y su muerte fue realmente maravillosa, fue como si se quedase dormida en los brazos de alguien muy amado.

MUERTE
A tu memoria, Lucrecita.
Cuando fui amanecer
el rocío bañaba mis tiernos pétalos,
sin advertir tu presencia
palpitaba en la rama amante.

Con pasos agigantados
la primavera se hizo en mí
y vi tu nombre lejano
como las azules montañas
distantes de mis sueños.

El sol de mediodía
se ocultó tras las nubes
dejando visibles tus senderos…

Comprendí que no eres espino
hiriendo la faz del alma,
ni tormenta que no apacigua
en las obscuras noches,
tampoco desierto infinito
desprovisto de manantiales.

La sombría tarde
cubre mis despobladas ramas
y ahora te siento cercana.

Ya no temo tus manos;
sé que son tibias,
ya no temo tu mirada;
sé que eres luz,
ya no temo tu abrazo;
eres descanso.

Muerte, yo te nombro,
mi paso seguro a la libertad
y sin temor espero el momento
cuando me habites,
transportando mi espíritu
a donde pertenezco.


Ana Cevallos Carrión
Tomado de "Plumas de seda"
Loja, agosto del 1997



ANITA

¡Qué filosóficos
son tus maravillosos versos!

Cariños y recuerdos,

Guillermo

 
¡Qué hermosa forma de hablar de la muerte! Hay que tener una filosofía y forma de pensar muy amplia y libre para plasmarla así. Aunque todos deberíamos saber de que es un hecho consumado por el cual pasaremos, creo que es el primer poema en que lo veo plasmado de forma, tan tierna y dulce como si hablara en tercera persona. Felicitaciones poeta por estos impresionantes versos, se le saluda atte.
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
¡Qué hermosa forma de hablar de la muerte! Hay que tener una filosofía y forma de pensar muy amplia y libre para plasmarla así. Aunque todos deberíamos saber de que es un hecho consumado por el cual pasaremos, creo que es el primer poema en que lo veo plasmado de forma, tan tierna y dulce como si hablara en tercera persona. Felicitaciones poeta por estos impresionantes versos, se le saluda atte.
Nou Mor
Muy agradecida por su comentario hermoso que valoro infinitamente.
Saludos cordiales.
Ana
 


Esta es probablemente la primera poesía que escribí a la muerte y aunque es una de las más sencillas, está inspirada en las conversaciones que tuve con mi madre sobre la muerte, ella no le temía y su muerte fue realmente maravillosa, fue como si se quedase dormida en los brazos de alguien muy amado.

MUERTE
A tu memoria, Lucrecita.
Cuando fui amanecer
el rocío bañaba mis tiernos pétalos,
sin advertir tu presencia
palpitaba en la rama amante.

Con pasos agigantados
la primavera se hizo en mí
y vi tu nombre lejano
como las azules montañas
distantes de mis sueños.

El sol de mediodía
se ocultó tras las nubes
dejando visibles tus senderos…

Comprendí que no eres espino
hiriendo la faz del alma,
ni tormenta que no apacigua
en las obscuras noches,
tampoco desierto infinito
desprovisto de manantiales.

La sombría tarde
cubre mis despobladas ramas
y ahora te siento cercana.

Ya no temo tus manos;
sé que son tibias,
ya no temo tu mirada;
sé que eres luz,
ya no temo tu abrazo;
eres descanso.

Muerte, yo te nombro,
mi paso seguro a la libertad
y sin temor espero el momento
cuando me habites,
transportando mi espíritu
a donde pertenezco.


Ana Cevallos Carrión
Tomado de "Plumas de seda"
Loja, agosto del 1997



ANITA

¡Cómo nos enseñas a esperar
tranquilamente nuestro final!

Mi respeto y consideración,

Guillermo.

 

Maese Josman

********
Ana,
quizás en su sencillez está su cercanía,
su tibieza,
su mayor armonía con quienes obtuvimos vida
y con ella a la vez obtuvimos un futuro
y de su mano la muerte,
incierta pero presente...

[SUP]Un fortísimo besazo de tu siempre sincero amigo manchego
José Manuel.
[/SUP]

PD: Muy bella poesía amiga mía,
inmenso placer pasar
y leerte.
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
¡Qué hermosa forma de hablar de la muerte! Hay que tener una filosofía y forma de pensar muy amplia y libre para plasmarla así. Aunque todos deberíamos saber de que es un hecho consumado por el cual pasaremos, creo que es el primer poema en que lo veo plasmado de forma, tan tierna y dulce como si hablara en tercera persona. Felicitaciones poeta por estos impresionantes versos, se le saluda atte.
Daniel
Gracias por tu presencia y por tus palabras en torno a estas letras.
No sé cuándo me toque emprender este viaje pero anhelo estar preparada como lo estuvo mi madre.
Mil disculpas por la tardanza en la respuesta.
Saludos cordiales
Ana
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Que forma de hacernos sentir la muerte hermosamente escrita.
un placer recorrer sus versos.

besitos...

Karen
Recibe toda mi gratitud, por venir a este espacio y comentarme.
Me siento un poco absurda, respondiendo después de tanto tiempo, pero como dice el refrán: más vale tarde que nunca.
Un abrazo con cariño
Ana
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Ana,
quizás en su sencillez está su cercanía,
su tibieza,
su mayor armonía con quienes obtuvimos vida
y con ella a la vez obtuvimos un futuro
y de su mano la muerte,
incierta pero presente...

[SUP]Un fortísimo besazo de tu siempre sincero amigo manchego
José Manuel.
[/SUP]

PD: Muy bella poesía amiga mía,
inmenso placer pasar
y leerte.

José Manuel
Gracias infinitas por tu bello y profundo comentario.
Por favor disculpa la respuesta tardía.
Un abrazo con todo cariño y gratitud
Ana
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Precioso Ana, muy intenso.
La muerte tenía que ser un proceso natural, pero se convierte muchas veces en pesadilla.
Tu madre demostró ser más inteligente que la mayoría de nosotros.
Un beso

Javier
Recibe mi gratitud por tu presencia y por tu comentario en mis letras, sobre todo por las palabras con las que te refieres a mi madre.
Un beso
Ana
 
Excelente poema de amor filial: ese amor tan lindo que existe entre la madre y los hijos...entre el padre y los hijos.
En este caso va dirigido a tu madrecita linda que un día quiso dormirse para siempre.

Qué dulce, qué ternura al leerte querida cisne.
Un abrazo querida poetisa
 

Rober

Miembro Conocido
Hola Cisne
Interesante el punto de vista con que planteas esta temática. Muchas gracias.
Cariños
Rober
 


Esta es probablemente la primera poesía que escribí a la muerte y aunque es una de las más sencillas, está inspirada en las conversaciones que tuve con mi madre sobre la muerte, ella no le temía y su muerte fue realmente maravillosa, fue como si se quedase dormida en los brazos de alguien muy amado.

MUERTE
A tu memoria, Lucrecita.
Cuando fui amanecer
el rocío bañaba mis tiernos pétalos,
sin advertir tu presencia
palpitaba en la rama amante.

Con pasos agigantados
la primavera se hizo en mí
y vi tu nombre lejano
como las azules montañas
distantes de mis sueños.

El sol de mediodía
se ocultó tras las nubes
dejando visibles tus senderos…

Comprendí que no eres espino
hiriendo la faz del alma,
ni tormenta que no apacigua
en las obscuras noches,
tampoco desierto infinito
desprovisto de manantiales.

La sombría tarde
cubre mis despobladas ramas
y ahora te siento cercana.

Ya no temo tus manos;
sé que son tibias,
ya no temo tu mirada;
sé que eres luz,
ya no temo tu abrazo;
eres descanso.

Muerte, yo te nombro,
mi paso seguro a la libertad
y sin temor espero el momento
cuando me habites,
transportando mi espíritu
a donde pertenezco.


Ana Cevallos Carrión
Tomado de "Plumas de seda"
Loja, agosto del 1997





Ana: celebro la belleza de ésta poesía, una postura frente a la muerte muy sana y respetable. Me quedo con esos versos que transmiten tanta serenidad para un encuentro con alguien que tiene tan mala fama, eh? : "Ya no temo tus manos;/sé que son tibias/ya no temo tu mirada;/sé que eres luz,/ya no temo tu abrazo;/eres descanso." En su conjunto un poema profundo de exquisita sonoridad. Te felicito
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO


Esta es probablemente la primera poesía que escribí a la muerte y aunque es una de las más sencillas, está inspirada en las conversaciones que tuve con mi madre sobre la muerte, ella no le temía y su muerte fue realmente maravillosa, fue como si se quedase dormida en los brazos de alguien muy amado.

MUERTE
A tu memoria, Lucrecita.
Cuando fui amanecer
el rocío bañaba mis tiernos pétalos,
sin advertir tu presencia
palpitaba en la rama amante.

Con pasos agigantados
la primavera se hizo en mí
y vi tu nombre lejano
como las azules montañas
distantes de mis sueños.

El sol de mediodía
se ocultó tras las nubes
dejando visibles tus senderos…

Comprendí que no eres espino
hiriendo la faz del alma,
ni tormenta que no apacigua
en las obscuras noches,
tampoco desierto infinito
desprovisto de manantiales.

La sombría tarde
cubre mis despobladas ramas
y ahora te siento cercana.

Ya no temo tus manos;
sé que son tibias,
ya no temo tu mirada;
sé que eres luz,
ya no temo tu abrazo;
eres descanso.

Muerte, yo te nombro,
mi paso seguro a la libertad
y sin temor espero el momento
cuando me habites,
transportando mi espíritu
a donde pertenezco.


Ana Cevallos Carrión
Tomado de "Plumas de seda"
Loja, agosto del 1997




Bellos y sentidos versos que llegan al alma,preciosa poesía mi querida Ana,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso enorme.
 

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