Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
A la palabra cuyo afán impreca
y que resulta brusca y negativa;
la guijarrosa donde el odio priva,
la inquisitoria que maldice y peca.
La que es tan solo una terrible mueca
de sicofantes con su vil diatriba;
esa que lleva todo a la deriva,
la que proviene de una mente hueca.
A esa la cambio por la voz ferviente,
en la elegía que pergeño ahora,
bajo el matiz del cielo opalescente.
Y la transporto con la voz sonora,
en mi periplo por el continente
donde la musa del poema aflora.
y que resulta brusca y negativa;
la guijarrosa donde el odio priva,
la inquisitoria que maldice y peca.
La que es tan solo una terrible mueca
de sicofantes con su vil diatriba;
esa que lleva todo a la deriva,
la que proviene de una mente hueca.
A esa la cambio por la voz ferviente,
en la elegía que pergeño ahora,
bajo el matiz del cielo opalescente.
Y la transporto con la voz sonora,
en mi periplo por el continente
donde la musa del poema aflora.
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