Arturo González
Miembro Activo
[h=5]Ya Te Sentía Lejana[/h][h=5]Ya te sentía lejana,
Ya mis ojos te veían tan distante
Y tan extraña.
Y ahora llegas con tu odioso estandarte,
Sin gota de gloria en tu cara;
Soledad, eres la más barata amante.
Llegas a mi cual pérfida cortesana,
Hoy, que no tengo nada que darte.
Fácil cual eres, aquí en mi cama,
Y no tienes ni pista de como consolarme;
Pero estás aquí, con celo y con ganas,
Hoy, que ya no tengo que entregarte.
No puedo quemar mis letanías,
Soledad,
No voy a derrumbar el nicho
Complaciendo tu porfía,
Ni he de cargar con tu sinismo,
Ni regodearme en tu risa.
¡En verdad eres una amante despiadada!
Tu abrazo es un escozor que ya desconocía.
Vienes desde lejos y me arrastras a la nada,
Y yo sentado en la cima, el rey en su colina.
Tu mano es fría, tu companía insana;
Robas con tu beso el fuego de mis lozanías.
No me seduzcas tan rápido,
No me provoques a tu disimulado encanto.
Ya no soy un amante tan fácil;
Ya he olvidado tus ropas y olvidado tu tacto.
No coquetees con mi paciencia;
Nunca te dí mis días; nunca hicimos un pacto.
¡No, soledad! ¡No voy a darte mi indulgencia!
¡Ya no tienes la entereza de antaño!
No puedes ya comprar mis querencias,
Y aunque estás aquí, no me haces daño;
Amor reina en mi, y el olvido ya no tiene regencia;
Pero si te sientes sola, te acompaño.
Ya te sentía distante,
Ya te veía a lo lejos, como ausente,
Como desaparecida, soledad.
Y hoy vienes a mi como amante en celo;
Pero ya no tengo el ánimo de quererte...
Ya no soy ni la sombra de tus placeres. [/h][h=5]Julio 1, 2013.[/h]
Ya mis ojos te veían tan distante
Y tan extraña.
Y ahora llegas con tu odioso estandarte,
Sin gota de gloria en tu cara;
Soledad, eres la más barata amante.
Llegas a mi cual pérfida cortesana,
Hoy, que no tengo nada que darte.
Fácil cual eres, aquí en mi cama,
Y no tienes ni pista de como consolarme;
Pero estás aquí, con celo y con ganas,
Hoy, que ya no tengo que entregarte.
No puedo quemar mis letanías,
Soledad,
No voy a derrumbar el nicho
Complaciendo tu porfía,
Ni he de cargar con tu sinismo,
Ni regodearme en tu risa.
¡En verdad eres una amante despiadada!
Tu abrazo es un escozor que ya desconocía.
Vienes desde lejos y me arrastras a la nada,
Y yo sentado en la cima, el rey en su colina.
Tu mano es fría, tu companía insana;
Robas con tu beso el fuego de mis lozanías.
No me seduzcas tan rápido,
No me provoques a tu disimulado encanto.
Ya no soy un amante tan fácil;
Ya he olvidado tus ropas y olvidado tu tacto.
No coquetees con mi paciencia;
Nunca te dí mis días; nunca hicimos un pacto.
¡No, soledad! ¡No voy a darte mi indulgencia!
¡Ya no tienes la entereza de antaño!
No puedes ya comprar mis querencias,
Y aunque estás aquí, no me haces daño;
Amor reina en mi, y el olvido ya no tiene regencia;
Pero si te sientes sola, te acompaño.
Ya te sentía distante,
Ya te veía a lo lejos, como ausente,
Como desaparecida, soledad.
Y hoy vienes a mi como amante en celo;
Pero ya no tengo el ánimo de quererte...
Ya no soy ni la sombra de tus placeres. [/h][h=5]Julio 1, 2013.[/h]