Incandescente mi palabra
quema en susurros hiriente,
sobre la llaga de tu carne,
bajo tu cuerpo tremulante.
Amor… amarte.
Dime para qué rozarte,
si el deleite de mis sentidos
llora, gime en frágil semblante.
Acaricié la ingravidez de tu alma,
soñé tenerte sin tocarte.
Despojé los sentidos...