Es bueno cerrar la puerta
y meditar,
pero mucho mejor abrir la puerta,
y colocar tu silla frente a tu casa,
y mirar las gentes pasar, verlas en su lucha existencial y su ser natural.
Disfrutar de la mañana, de las aves volar.
Exponer los huesos al sol,
dilatar el ocio, sin pensar nada...