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Celebración


Celebración


Pudo haber crepitado
en el fuego sin ser oída.

La madera de guayacán
se convertía en mesa
parecía un mejor final.

El ebanista rasuró
su áspera corteza
tallando
en la base la última cena.

Esa estoica madre
que acunaba nidos
que alimentaba con sus frutos
algunos críos de la pradera:

Era tregua entre suelo y cielo
elevándose en ofrenda
de verde frescura.

Arrancada del pedestal
donde el viento mecía su estatura
pasó a ser altar, escritorio
apoyo de fuentes y copas de cristal
testigo mudo de agravios
cómplice de amores prohibidos.

No volvió a tejer hilos de sol en su telar.


***Reina Mora***

 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO

Celebración


Pudo haber crepitado
en el fuego sin ser oída.

La madera de guayacán
se convertía en mesa
parecía un mejor final.

El ebanista rasuró
su áspera corteza
tallando
en la base la última cena.

Esa estoica madre
que acunaba nidos
que alimentaba con sus frutos
algunos críos de la pradera:

Era tregua entre suelo y cielo
elevándose en ofrenda
de verde frescura.

Arrancada del pedestal
donde el viento mecía su estatura
pasó a ser altar, escritorio
apoyo de fuentes y copas de cristal
testigo mudo de agravios
cómplice de amores prohibidos.

No volvió a tejer hilos de sol en su telar.


***Reina Mora***



Un hermoso poema que le dedicas a tan noble árbol que como tantos termina su vida en nombre del consumismo,muy bellos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Quizás en base de los gritos del poeta aprendamos que la efímera comodidad nos lleva a la muerte.
¡Profundo poema!
Un fuerte abrazo
 

MARIPOSA NEGRA

********
hermosos versos Reina, para reflexionar, en realidad no nos percatamos el valor de las especies, de los árboles más allá de lo comercial y el bienestar que nos proporcionan, no sabemos cuantos nidos quedaron desprotegidos con su ausencia, un enorme placer leerte, besos
 
¡Muchas gracias amorosa mariposa! somos los máximos depredadores del planeta y no advertimos cuánto daño seguimos haciendo sin necesidad

Un delicado abrazo
 

Lyliam

Miembro Conocido
Que preciosos versos mi Reina, y a pesar de la imagen tan triste del no volver a tejer hilos de sol que me ha encantado siento que cumplió al menos una función de hogar, un lugar a donde reunir la familia por ejemplo. Se que tratas el tema de la indiferencia hacia tan precioso árbol y la maldad del hombre cuando derriba sin medir, solo por la ganancia. Me ha encantado leerte, te dejo un enorme abrazo preciosa.
 
Gracias Lyliam, celebro tu presencia en mis letras, si, tal como dices, junto a todos los excesos, los derroches, los abusos, que hacemos de los recursos naturales y que sumado a la contaminación van disminuyendo. Un abrazo
 
Y así tantos Reina, que la impotencia se suma hasta llegar al colmo de la furia.
¡Hace falta plantar árboles, no deforestar, pero la ceguera ha llegado a tal punto
que el planeta no creo aguante tanta maldad!
Preciosos aunque tristes versos. Gran placer leerte. Besos.
 
Agradezco tu comentario Matilde. Aunque no lleguen nuestros pensamientos a concientizar a los que van al frente en la desigual batalla por la supervivencia, nos manifestamos en protesta y en protección de la naturaleza, con la palabra, con nuestro comportamiento y educando a nuestros hijos. Saludos
 
La madera de guayacán
se convertía en mesa
parecía un mejor final.

Me ha gustado esta figura retórica. Ha sido un placer la lectura. Saluditos poeta


 

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