Alessa
Miembro Conocido
[FONT=book\ antiqua]La noche agonizante
murmura algún secreto
bajo aquel baúl sin llave
carente de algún dueño;
un huracán lo esparce
vestido de lamento,
con la piel lacerante
regada por el suelo,
prendada como un lastre
a espaldas de este sueño.
La angustia a ti te invade
dejando su veneno
y afanosa se expande
matando cada seso,
como una roca de hambre
moliendo todo hueso.
Mutila delirante
el mundo paralelo,
mientras la verdad plañe,
por detrás del espejo
muerta y pútrida carne
marchita por el tiempo.
La voz intimidante
del ser en el destierro
de forma cruel e infame
esparce el desconsuelo;
maldito desenlace
salido del averno.
La lucha equidistante
de dos fuerzas en duelo
trasmuta en la falange,
la parca y su destello,
absorta, ingobernable,
al ritmo de un goteo
se enfrentan con alarde
trenzadas bajo fuego.
Se adueña del paisaje
la luz del firmamento
y arrasa cada fase
con todo su apogeo
y troca en deslumbrante
lo oscuro del infierno.
Lo sagrado persuade
con cántico sereno
cada retablo grave
que gime por un rezo
Y el alma miserable
encuentra su consuelo
en un tibio brebaje
que cura el sentimiento.
La aurora se hace madre
en el candil del beso
y la esperanza late
donde habitó el caldero. [/FONT]
murmura algún secreto
bajo aquel baúl sin llave
carente de algún dueño;
un huracán lo esparce
vestido de lamento,
con la piel lacerante
regada por el suelo,
prendada como un lastre
a espaldas de este sueño.
La angustia a ti te invade
dejando su veneno
y afanosa se expande
matando cada seso,
como una roca de hambre
moliendo todo hueso.
Mutila delirante
el mundo paralelo,
mientras la verdad plañe,
por detrás del espejo
muerta y pútrida carne
marchita por el tiempo.
La voz intimidante
del ser en el destierro
de forma cruel e infame
esparce el desconsuelo;
maldito desenlace
salido del averno.
La lucha equidistante
de dos fuerzas en duelo
trasmuta en la falange,
la parca y su destello,
absorta, ingobernable,
al ritmo de un goteo
se enfrentan con alarde
trenzadas bajo fuego.
Se adueña del paisaje
la luz del firmamento
y arrasa cada fase
con todo su apogeo
y troca en deslumbrante
lo oscuro del infierno.
Lo sagrado persuade
con cántico sereno
cada retablo grave
que gime por un rezo
Y el alma miserable
encuentra su consuelo
en un tibio brebaje
que cura el sentimiento.
La aurora se hace madre
en el candil del beso
y la esperanza late
donde habitó el caldero. [/FONT]
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