Me abandonaron las musas
ahítas de tanta grima,
dejando mi mente en blanco
frío figurín de mármol
vácuo y carente de vida.
La flor de mi inspiración
yace lánguida y perdida,
y sólo llena su espacio
el piadoso silencio...
de la palabra no dicha.
Pues un halo misterioso
aborta cualquier intento,
de la palabra escondida
mientras sumida en vacíos,
sólo pueda ofrecernos,
una estéril...compañía.
ahítas de tanta grima,
dejando mi mente en blanco
frío figurín de mármol
vácuo y carente de vida.
La flor de mi inspiración
yace lánguida y perdida,
y sólo llena su espacio
el piadoso silencio...
de la palabra no dicha.
Pues un halo misterioso
aborta cualquier intento,
de la palabra escondida
mientras sumida en vacíos,
sólo pueda ofrecernos,
una estéril...compañía.