SANDRA BLANCO
Administradora - JURADO
Es difícil ser totalmente feliz
Ser feliz es toda una tarea que muchas veces no logramos concretar, las personas, los momentos, las circunstancias y hasta la vida misma con su muerte lo evitan.
Creo que solo tenemos momentos de felicidad, pequeños momentos en donde todo es perfecto, en donde vivimos felices, alegres, agradecidos con la vida por lo que tenemos y por lo que nos brinda.
Pero son momentos que pasan, que se escapan como agua de las manos, porque siempre, tarde o temprano llegan esos otros momentos en donde no sentimos felicidad, o donde la felicidad no es completa ,momentos en donde el dolor marca su huella y no logramos mitigarla, esa huella que va prendida a nuestra sombra y nunca nos abandona.
Ser totalmente felices es muy difícil, porque los momentos de tristeza siempre pesan y la mayoría de las veces pesan más que los momentos de felicidad.
Será porque nuestra vida se va formando de pérdidas, perdemos desde el mismo día en que nacemos, nacemos perdiendo con dolor y sacrificio la protección del vientre materno y de ahí en adelante seguimos perdiendo.
Es verdad que también ganamos muchas cosas, ganamos muchas alegrías, muchos afectos, pero también muchas tristezas y muchas ausencias, éstas son las que más pesan en el alma y lo demuestran los recuerdos, porque el recordar momentos de felicidad nos puede arrancar una sonrisa ,un sentimiento de bienestar o de alegría momentánea, pero recordar un momento de dolor nos sumerge en la más profunda tristeza y nos roba las lágrimas más amargas.
Es de madrugada, todos duermen y yo sigo pensando cuando fue la última vez que fui totalmente feliz.
Ser feliz es toda una tarea que muchas veces no logramos concretar, las personas, los momentos, las circunstancias y hasta la vida misma con su muerte lo evitan.
Creo que solo tenemos momentos de felicidad, pequeños momentos en donde todo es perfecto, en donde vivimos felices, alegres, agradecidos con la vida por lo que tenemos y por lo que nos brinda.
Pero son momentos que pasan, que se escapan como agua de las manos, porque siempre, tarde o temprano llegan esos otros momentos en donde no sentimos felicidad, o donde la felicidad no es completa ,momentos en donde el dolor marca su huella y no logramos mitigarla, esa huella que va prendida a nuestra sombra y nunca nos abandona.
Ser totalmente felices es muy difícil, porque los momentos de tristeza siempre pesan y la mayoría de las veces pesan más que los momentos de felicidad.
Será porque nuestra vida se va formando de pérdidas, perdemos desde el mismo día en que nacemos, nacemos perdiendo con dolor y sacrificio la protección del vientre materno y de ahí en adelante seguimos perdiendo.
Es verdad que también ganamos muchas cosas, ganamos muchas alegrías, muchos afectos, pero también muchas tristezas y muchas ausencias, éstas son las que más pesan en el alma y lo demuestran los recuerdos, porque el recordar momentos de felicidad nos puede arrancar una sonrisa ,un sentimiento de bienestar o de alegría momentánea, pero recordar un momento de dolor nos sumerge en la más profunda tristeza y nos roba las lágrimas más amargas.
Es de madrugada, todos duermen y yo sigo pensando cuando fue la última vez que fui totalmente feliz.