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Nadie lloró

Y lloró,
por qué no tenía palabras,
por qué no tuvo valor,
por qué su corazón tembló.
Y las lágrimas resbalaron
tiñendo su blanca piel
de desesperación
y amargura.
Su garganta,
oprimida,
no supo gritar por su vida
y alzarse contra el dolor.
Clavó sus rodillas al suelo
cubriéndose de humillación,
alimentándose de pena
y bebiendo de su culpa.
Así vivió,
así murió.
A nadie dio lástima
y por él
nadie lloró.
 
Última edición:
Hay personas que viven una existencia plagada de dolor y culpa
pero no tienen el valor de enfrentarse con sus demonios, así
terminan su vida, en soledad y vacío.
Versos muy tristes mi estimado amigo Javier. Un gusto leerte.

Besos desde mi rincón.
 

Tony_Drüms

Miembro Conocido
Y lloró,
por qué no tenía palabras,
por qué no tuvo valor,
por qué su corazón tembló.
Y las lágrimas resbalaron
tiñendo su blanca piel
de desesperación
y amargura.
Su garganta,
oprimida,
no supo gritar por su vida
y alzarse contra el dolor.
Clavó sus rodillas al suelo
cubriéndose de humillación,
alimentándose de pena
y bebiendo de su culpa.
Así vivió,
así murió.
A nadie dio lástima
y por él
nadie lloró.
Woooow, muy buen poema, invita a ver claramente imágenes mientras se lee. Muy crudo e intenso. Te felicito amigo Javier. Te saluda, el poeta No poeta.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Y lloró,
por qué no tenía palabras,
por qué no tuvo valor,
por qué su corazón tembló.
Y las lágrimas resbalaron
tiñendo su blanca piel
de desesperación
y amargura.
Su garganta,
oprimida,
no supo gritar por su vida
y alzarse contra el dolor.
Clavó sus rodillas al suelo
cubriéndose de humillación,
alimentándose de pena
y bebiendo de su culpa.
Así vivió,
así murió.
A nadie dio lástima
y por él
nadie lloró.

Que triste Javi y cuanta soledad sentirse así vivir así tan vacío de afectos,un poema profundo y que llega al alma,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Y lloró,
por qué no tenía palabras,
por qué no tuvo valor,
por qué su corazón tembló.
Y las lágrimas resbalaron
tiñendo su blanca piel
de desesperación
y amargura.
Su garganta,
oprimida,
no supo gritar por su vida
y alzarse contra el dolor.
Clavó sus rodillas al suelo
cubriéndose de humillación,
alimentándose de pena
y bebiendo de su culpa.
Así vivió,
así murió.
A nadie dio lástima
y por él
nadie lloró.
Son las desidias que existen en este mundo.
A veces muchas personas están tan ocupadas de sus problemas que no pueden ver más allá de sus cosas.
Te saludo y abrazo a la distancia.
 
Clavó sus rodillas al suelo
cubriéndose de humillación,
alimentándose de pena
y bebiendo de su culpa.

Qué hermoso mi querido Javier. Un gusto leerte de nuevo. Saludos con cariño.
 

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