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Pastor de lunas. (Un guiño a Miguel Hernández)

Severino Esteve

Miembro Conocido
Desde las sierras por los campos vengo
a la hora puntual en que anochece.
Se consumió la tarde y adolece
el cuerpo de descanso. Me detengo.

Se hizo el camino, como siempre, luengo.
Pastorear rebaños me parece
como un juego solar que el viento mece,
y durmiendo entre lunas me mantengo.

En los veneros de mi pueblo vivo,
laboro, sueño, pienso en la existencia;
pobre, sencillamente pobre, altivo.

Y a la noche, vestida de sentencia,
me desnudo, me templo, me adjetivo;
sin odios, sin rencores, sin urgencia.
 

Azalea Diaz

Miembro Conocido
Desde las sierras por los campos vengo
a la hora puntual en que anochece.
Se consumió la tarde y adolece
el cuerpo de descanso. Me detengo.

Se hizo el camino, como siempre, luengo.
Pastorear rebaños me parece
como un juego solar que el viento mece,
y durmiendo entre lunas me mantengo.

En los veneros de mi pueblo vivo,
laboro, sueño, pienso en la existencia;
pobre, sencillamente pobre, altivo.

Y a la noche, vestida de sentencia,
me desnudo, me templo, me adjetivo;
sin odios, sin rencores, sin urgencia.
Es precioso el soneto, poeta Severino. Una cascada de versos relajados bajo la tranquilidad de la tarde, es lo que veo es sus letras. Un aplauso. Saludo cordial.
Azalea.
 

Severino Esteve

Miembro Conocido
Pero...que belleza de soneto!!! Simplemente magistral, maravillosas imágenes y la vida pasando tranquila en cada verso. Hermosísimo poema, Severino, saludos Daniel
Muy agradecido, señor Daniel, por el comentario.
La inspiración llegó de los versos de Miguel Hernández.
Un abrazo.
 
Desde las sierras por los campos vengo
a la hora puntual en que anochece.
Se consumió la tarde y adolece
el cuerpo de descanso. Me detengo.

Se hizo el camino, como siempre, luengo.
Pastorear rebaños me parece
como un juego solar que el viento mece,
y durmiendo entre lunas me mantengo.

En los veneros de mi pueblo vivo,
laboro, sueño, pienso en la existencia;
pobre, sencillamente pobre, altivo.

Y a la noche, vestida de sentencia,
me desnudo, me templo, me adjetivo;
sin odios, sin rencores, sin urgencia.
Genial, Severino!!! Un deleite pasar a leerte.
Un fortísimo abrazo.
Ángel.
 

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