Para ella...
A veces callo tantas cosas, que no sé por donde empezar...
No puedo verte triste. Odio verte triste.
Daría mi vida por tu salud, daría mi alma por tu felicidad.
A veces mi corazón no resiste tanta lejanía, tanto cansancio que me aqueja por el exceso de trabajo que tengo.
Por esas horas incansables que ahora pesan sobre mis hombros. Y no sé como hacerlo desaparecer.
Perdóname por no hacer lo suficiente.
No sabes ¡Cuánto te adoro!
Y aún cuando ahora lo escribo, no expresa la magnitud de mi amor por ti.
Ese corazón bueno que tienes, esa dulce mirada que todo lo llena y todo lo invade.
La inmensa ingenuidad de tu nombre que tanto detestas pero a la vez te hace maravillosa.
¡Eres bella! Siempre lo serás ante mis ojos.
Nunca me cansaré de amarte, de darte lo último que tengo.
No basta la vida para agradecerte lo que me has dado, querida mamá.
A veces callo tantas cosas, que no sé por donde empezar...
No puedo verte triste. Odio verte triste.
Daría mi vida por tu salud, daría mi alma por tu felicidad.
A veces mi corazón no resiste tanta lejanía, tanto cansancio que me aqueja por el exceso de trabajo que tengo.
Por esas horas incansables que ahora pesan sobre mis hombros. Y no sé como hacerlo desaparecer.
Perdóname por no hacer lo suficiente.
No sabes ¡Cuánto te adoro!
Y aún cuando ahora lo escribo, no expresa la magnitud de mi amor por ti.
Ese corazón bueno que tienes, esa dulce mirada que todo lo llena y todo lo invade.
La inmensa ingenuidad de tu nombre que tanto detestas pero a la vez te hace maravillosa.
¡Eres bella! Siempre lo serás ante mis ojos.
Nunca me cansaré de amarte, de darte lo último que tengo.
No basta la vida para agradecerte lo que me has dado, querida mamá.
Última edición: