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Tengo cansada el alma

Tengo cansada el alma

Tengo cansada, muy cansada el alma
de ver como deambulan por la acera
quienes piden limosna; ya que algunos
se piensan que les gusta su pobreza.
Y los veo, los veo por las calles,
legañosos, con frío y sin fuerzas.
Y se me cansa el alma porque veo
en las calles del pueblo la miseria
de los pobres que duermen a la orilla
de una plaza sin luz, a duermevela,
arropados tan sólo por la noche
cuando apenas titilan las estrellas.
Y me duele, me duele la amargura
de las gentes que el hambre les aprieta,
mientras a otros les sobran comestibles
y casi les revientan las despensas.
Quién pudiera llegar a redimir
la escasez en catástrofes y guerras.
¿Por qué no repartimos, Dios, tus bienes
y que nadie padezca de carencias?

Chelo Álvarez


 
Última edición:

José Luis Blázquez

JURADO - MODERADOR de los Foros de Poética Clásica
Estimada Chelo:

Tu poema es una auténtica Obra Maestra, a la que tengo que hacer una mínima observación. Estos dos versos:

“de las gentes a los que el hambre inquieta”
“Dios, reparte con equidad tus bienes”

acentúan las sílabas 3ª, 8ª y 10ª, lo que no responde a ninguno de los esquemas aceptados para los endecasílabos. Si además de las sílabas citadas tuviera también un acento en la 6ª sílaba, nos encontraríamos ante un “endecasílabo melódico largo”, cuyo esquema acentual es, precisamente: 3-6-8-10.

Sobre el primer verso cabría preguntarse si al coincidir la 6ª sílaba con un monosílabo –en este caso, “los”- no podría considerarse técnicamente acentuada. En mi opinión, habría que poner un énfasis muy elevado al leerlo, y aun así no se vería natural.

En cuanto al 2º verso, no hay duda: la 6ª sílaba –la “e”, de equidad- es completamente átona, sin posibilidad alguna de convertirla en tónica.

Conozco tu talento, y sé que no te resultará en absoluto difícil modificar los versos indicados. Y te ruego que lo hagas, porque la obra es digna de figurar en cualquier Antología.

Un abrazo.
 
Estimada Chelo:

Tu poema es una auténtica Obra Maestra, a la que tengo que hacer una mínima observación. Estos dos versos:

“de las gentes a los que el hambre inquieta”
“Dios, reparte con equidad tus bienes”

acentúan las sílabas 3ª, 8ª y 10ª, lo que no responde a ninguno de los esquemas aceptados para los endecasílabos. Si además de las sílabas citadas tuviera también un acento en la 6ª sílaba, nos encontraríamos ante un “endecasílabo melódico largo”, cuyo esquema acentual es, precisamente: 3-6-8-10.

Sobre el primer verso cabría preguntarse si al coincidir la 6ª sílaba con un monosílabo –en este caso, “los”- no podría considerarse técnicamente acentuada. En mi opinión, habría que poner un énfasis muy elevado al leerlo, y aun así no se vería natural.

En cuanto al 2º verso, no hay duda: la 6ª sílaba –la “e”, de equidad- es completamente átona, sin posibilidad alguna de convertirla en tónica.

Conozco tu talento, y sé que no te resultará en absoluto difícil modificar los versos indicados. Y te ruego que lo hagas, porque la obra es digna de figurar en cualquier Antología.

Un abrazo.
Muchísimas gracias por tus observaciones, José Luis, creo que ya las he solucionado,
si algo sigue mal, no duces en avisarme y corrijo las veces que haga falta.
Un beso.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Tengo cansada el alma

Tengo cansada, muy cansada el alma
de ver como deambulan por la acera
quienes piden limosna; ya que algunos
se piensan que les gusta su pobreza.
Y los veo, los veo por las calles,
legañosos, con frío y sin fuerzas.
Y se me cansa el alma porque veo
en las calles del pueblo la miseria
de los pobres que duermen a la orilla
de una plaza sin luz, a duermevela,
arropados tan sólo por la noche
cuando apenas titilan las estrellas.
Y me duele, me duele la amargura
de las gentes que el hambre les aprieta,
mientras a otros les sobran comestibles
y casi les revientan las despensas.
Quién pudiera llegar a redimir
la escasez en catástrofes y guerras.
¿Por qué no repartimos, Dios, tus bienes
y que nadie padezca de carencias?

Chelo Álvarez



 

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