Respetando profundamente las teorías defendidas por el autor, tengo que decir que discrepo de forma radical sobre las bases que sustenta al afirmar que ya no son necesarias ni la rima ni la métrica para que exista la auténtica poesía. Cualquier composición que carezca de estos elementos lo más que puede ser considerada es como “prosa poética”, y en muchas ocasiones ni siquiera alcanza el nivel necesario para ser denominada así. La única excepción la constituye la presencia de versos sin rima, pero dotados de una métrica tan cuidada que hace a quien los lee “olvidarse” de que carecen de rima. En estos casos, no sólo es indispensable que todos los versos tengan el mismo número de sílabas (contrariamente a lo que sobre esto apunta el autor), sino que el esquema acentual debe ser, sencillamente, perfecto, porque de otro modo estaríamos rozando el delgado hilo que separa la poesía de la prosa poética.
Obviamente, opiniones hay para todos los gustos, y no pretendo yo ser quien haga desistir a nadie de sus teorías. Simplemente, expondré de forma breve cuáles son las mías:
- POESÍA CLÁSICA AUTÉNTICA. La dotada de métrica, rima, y que adopta una de las formas estróficas admitidas como tales por la R.A.E.
- POESÍA CLÁSICA CONTEMPORÁNEA. La que tiene métrica, rima, pero que utiliza estrofas que, aun siendo de uso relativamente frecuente, no están reconocidas por la R.A.E.
- POESÍA CLÁSICA EXPERIMENTAL. La que presenta estrofas de nueva creación, o bien formas de métrica o de rima que no se ajustan a los cánones de la poesía clásica de siempre.
- VERSO LIBRE. Cualquier composición que carezca de métrica y de rima –comúnmente llamada “verso libre”-, es para mí, prosa poética. La excepción a esta regla la constituyen los versos sin rima pero con una métrica cuidadísima, como ocurre, por ejemplo, en la estrofa sáfica. Podrá gustar más o menos, pero nadie duda que la estrofa sáfica es una clase que entra dentro de la poesía clásica, a pesar de que carece de rima. Sus rítmicos acentos en las sílabas 1, 4, 7 y 10 le dan una belleza inconfundible.
Como antes digo, se trata de sólo de mi opinión, con la que perfectamente se puede estar en desacuerdo.
Un saludo muy cordial.