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Yo la perdí

No doblé la rodilla
cuando el alba
anunció el nuevo día.
No hinqué la esperanza
en el quicio de la puerta
para no volverla a abrir.
No busqué una excusa
para devolver la culpa
a este mundo cruel.
Yo te perdí.
El amor me cegó,
y tan fuerte te abracé
que te asfixié.
Y ahora los días
nacen en sombras.
Y la esperanza
languidece en su tumba.
Y las excusas
solo son plañideras.
La felicidad me sonrió
y yo borré su sonrisa.
Ahora expío mi penitencia.
 

Azalea Diaz

Miembro Conocido
Es bellísimo tu poema, Javier Tomás!! Lleno de sensibilidad, amor y dolor. Ayer no pude comentar, no sé que le pasa a mi compu, pero lo leí de nuevo y me fui a reputación y dice que no puedo dar reputación al mismo mensaje dos veces, jeje. Un doble gusto pasar. Saludos, amigo.
 

Ingrid Zetterberg

Miembro Conocido
Triste y hermoso poema de desamor, amigo Javier Tomas....a veces se pagan los errores con dolor en el alma. Felicito tu inspiración y te dejo mi abrazo.
 
Muchas veces queremos sobre proteger al amor, pero nos olvidamos que detrás de él hay un ser humano que también quiere ser amado pero tener su libertad, no lo hacemos por maldad sino por los profundos sentimientos que nos habitan, maravilloso poema, saludos poeta
 

Tony_Drüms

Miembro Conocido
No doblé la rodilla
cuando el alba
anunció el nuevo día.
No hinqué la esperanza
en el quicio de la puerta
para no volverla a abrir.
No busqué una excusa
para devolver la culpa
a este mundo cruel.
Yo te perdí.
El amor me cegó,
y tan fuerte te abracé
que te asfixié.
Y ahora los días
nacen en sombras.
Y la esperanza
languidece en su tumba.
Y las excusas
solo son plañideras.
La felicidad me sonrió
y yo borré su sonrisa.
Ahora expío mi penitencia.
Un poema con experiencia, una escuela, un diploma para no volver a caer en la melancolía del amor. un agrado leerte amigo, ha pasado el tiempo, y sigues vivo, con buenos versos. Un abrazo.
 
No doblé la rodilla
cuando el alba
anunció el nuevo día.
No hinqué la esperanza
en el quicio de la puerta
para no volverla a abrir.
No busqué una excusa
para devolver la culpa
a este mundo cruel.
Yo te perdí.
El amor me cegó,
y tan fuerte te abracé
que te asfixié.
Y ahora los días
nacen en sombras.
Y la esperanza
languidece en su tumba.
Y las excusas
solo son plañideras.
La felicidad me sonrió
y yo borré su sonrisa.
Ahora expío mi penitencia.
JAVIER

¡Qué maravillosos versos!

Un fortísimo abrazo,

Guillermo.
 
No doblé la rodilla
cuando el alba
anunció el nuevo día.
No hinqué la esperanza
en el quicio de la puerta
para no volverla a abrir.
No busqué una excusa
para devolver la culpa
a este mundo cruel.
Yo te perdí.
El amor me cegó,
y tan fuerte te abracé
que te asfixié.
Y ahora los días
nacen en sombras.
Y la esperanza
languidece en su tumba.
Y las excusas
solo son plañideras.
La felicidad me sonrió
y yo borré su sonrisa.
Ahora expío mi penitencia.
Preciosos versos, que se sienten nacidos desde el dolor. Felicitaciones y un gran abrazo, querido Javier.
Ariel
 

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