Cuando vayas radiante de alegría
camino de la iglesia y del altar
y ya de la ilusión y el alborozo
no sepas qué pensar;
cuando aquellas personas que tú quieres
te den enhorabuenas al llegar,
mira para un rincón, y allí alejado,
tú me verás llorar;
cuando ya en el altar, arrodillada,
con ilusión...