Aplaude Satanás
su maligno, su negro maleficio,
pensando que no habrá nadie, jamás,
que se salve del vicio.
Creyendo que sus males
son las obras que el mundo necesita,
y ríe con furia desde su cueva
corrompiendo ideales,
y contento vomita
una idea sin luz que ufano lleva.
Feroz sus fauces abre...