Que no te asombre...
Si en una noche de luna llena,
al percibir tu mirada serena,
de pronto recito tu nombre.
Que no te sorprenda, si en un día calmado,
donde no pasa nada, pero que pasa todo,
yo, silenció tu verso con mi beso perpetuo.
Y no te turbes, si de tu verbo forjo mi atavío,
o, si...